Poemas a NY

Despertar,

mientras… el río humano.

No tengo tiempo.

Deletreo pausado.

Subway.

A veces el salto vale la pena.

Y yo provocador,  leo,

disimulo, y mi

discurso deferente

se maravilla.

Que conste que el

último piso toca el cielo.

 

 

No hay paz,

a pesar de Ono y Lennon.

Escarbo pero es cemento,

irritación.

La vida, algo

agitada.

El mundo,

¿es esto de aquí?

Creando,

hundido.

Cómo ser especial mas

Sustituible.

Todo es hormigón.

Que conste que se puede

tomar el sol.

Las hormigas humanas….

Unas detrás de otras,

intentan hacer arte de

sus vidas.

Derrota.

Satisfacción.

Paradoja,

insolvencia.

Yo y tú.

Nosotros y vosotros.

 

 

Serpenteante figura.

De lo trascendente pasa a lo

erótico.

Al comprar, sudo.

Entre diseños

deambulo.

Cromatismo.

Colores primarios para una vida,

mi vida de aprendizaje.

¿Cómo iba a ser?, ¿depende?

 

 

Desencajado,

Ante el silencio desgarrador.

Que conste que no eres John Cage.

Diminutas ondas me llegan

en forma de placer sensorial.

Más trompeta, Jerry,

más trompeta.

 

 

Entre conmigo

y siga.

Batallar,

entre edificios como juncos.

¿De ríos se trata?

¡Qué sensibilidad!

Quiero más arte y más libros.

Tú me los das ciudad en el cielo.

Ciudad inhóspita.

Ciudad eterna.

 

 

Conjunto de individuos.

Vivo.

Solo el fluir imperecedero

observo.

Estando, corrupto

mas fiel a mi sensibilidad,

valga la paradoja.

Mientras, downtawn, por favor.

Piso fuerte, pero mis piernas débiles

tiemblan. Y por fin veo la obra.

La dionisiaca ejecución de un abrupto

irracional también imperecedero.

Y ahora sí se puede exclamar:

“Marchen en paz.”

 

 

Despertar…

siempre seré un transeúnte.

Remuevo mi dolencia.

¡Qué acrobacias!

Entre tanto,

¿y después?

Como creador,

como insolvente creador al

margen de la vida.

Y como dijeron de un artista:

con la vida no basta.

 

 

Como una mancha.

Qué nunca fallezca la geometría.

Cuánta abstracción.

Gentes de todos los

lugares.

Entre penumbras y accesos

a intimidades diversas.

Nadie conoce a nadie.

Suma de individualidades

entre placeres.

Intereses contemporáneos en la historia

de la humanidad.

 

 

Entré, y metido

en la urbe…

Locura.

Paranoia.

Y mientras por la

5ª AV.

O viendo

algo de Pollock.

Las piernas cansadas,

el pensamiento activo.

¿Qué importancia ocupa

el descansar?

Salto,

decisión.

 

 

Crece y falta la sabiduría,

icono de la modernidad.

¿Ciudad cosmopolita?

Cosmos=armonía,

en griego clásico.

¿Se puede describir NY como

ciudad armónica?

 

 

Creería en algo si…

el caminar intransigente

viendo las alturas,

con imaginación cool,

como sensibilidad descansada.

 

 

El asfalto a veces quema.

Lluvia de energía positiva.

Al mirar por el

visor aprendo.

Como sabio medieval.

Como conjunto de realidades.

 

 

 

Las impresiones

queman mis sentimientos.

Cómo estímulo.

Cómo cosmópolis.

Dentro de sus arterias

de todos los colores.

Sin desahucio.

Trabajando por mi sensibilidad.

 

 

Sensacionalismo sensual

entre largos edificios.

Camino entre luces

pero nunca llegaré a la claridad.

Adiós, me digo.

No soy. No estoy.

Enfrascado.

Limitado.

Mientras la gran circulación…

Venas y arterias salvadoras entre

tanto ruido.

Sé.

No me puedo explicar.

La verdad quizás está en un lienzo

sobre la ciudad, NY,

¿subjetivo y expresivo!

 

 

Vi la película.

Me dijo lo que me dijo.

La ciudad era la que era.

Después se reanudó

mi absurda vida

lejos de la gran urbe.

 

 

Color gris.

Siempre neutro,

menos cuando mi parecer

y yo mismo

con mi buen gusto

y mi miseria, tan solo opino.

Mientras, incontables personas,

Presentes, pero que no son regalos.

Y mientras yo, solo yo,

Con los míos.

Solo yo y mis circunstancias

Y hábitos.

Como cada cual con cada quien.

Como hablar de algo y acabar

abarcando

a más personas de las sospechadas.

Esto es NY, muchos y todos solos.

 

 

Crueldad.

Sentir irracional que casi

lleva al asesinato de la razón.

Urbe habitada y habitable por

nosotros.

Cada uno en un mundo.

Cada uno tiene su ciudad ideal.

 

 

 

La vida rechinante.

Anonimato.

¿Correr, andar, morder?

Crepúsculo, colores inquietantes.

Deambular fijo entre exclamaciones y algo

de pesar.

Excentricidades… imput entre

el ahora y el estar.

Creciendo desde la ruptura corpórea.

 

 

Líneas…

no todos los adoquines…

Son iguales.

Creer, entre las miradas de

la ilusión.

¿Por dónde,

Hasta cuándo,

Hacer qué?

Nubes cercanas.

Y las basuras con las que

me tropiezo

no son de oro.

Mejor el ruido.

Silencio sonoro.

 

 

Sombra intraspasable,

Vvdrios opacos.

No logro vislumbrar mi rostro.

Cuánto realismo

cinematográfico.

Un chino aquí

se reencontró.

Esa silueta me suena.

¿Es la mía?

¿Cuál si no?

 

 

El horizonte

inalcanzable.

La altura irremediablemente

Da realidad a la visión.

Cuánta diablura

en mis andares.

Subway, uptown.

Qué más da up que down.

La cuestión es estar

en el momento adecuado.

¿Cuál es ese momento?

 

 

Choque de ideas,

acompañadas de sentimientos e intenciones.

¿Cómo?

Todo puede ser verdad,

y más por estas calles

con  tanta sombra,

que pueden ofrecer estos metros

gigantescos. Nunca he visto y vivido

una conexión tan íntima y fructífera

entre verticalidad y horizontalidad.

 

 

Quiero,

creo,

busco.

La calle acecha.

La gente atrae.

La ciudad es mucho

más de lo que parece ser.

 

 

Metros cuadrados,

como imagen, pintura.

Metros cúbicos como

recuerdo.

O quizás una nueva dimensión, la

de la ilusión, la de la añoranza.

Y mientras, mi mente funciona

a buena velocidad,

oigo una exquisita trompeta.

¿No será Jerry González?

Es Jerry González haciendonos

delirar en el Blue Note.

 

 

En la cima.

¡Qué trazos!

Incluso y sobre todo, el hombre es

corrupto cuando pasea.

Velocidad.

Un alto voltaje de energía

me guía por tus rincones

sorprendentes.

¿Yo también soy corrupto?

No sé, pero un hombre sí soy.

Hombre en la ciudad.

Ciudad en el hombre.

 

Paso lento,

o rápido,

siempre armonioso.

Entre…

Desde…

Hacia…

Cómo el pasar.

Aunque las impresiones se

asienten.

Den sus frutos.

 

 

El sabor.

el color,

y mientras la melodía…

Diáfano,

estructura geométrica.

Una ciudad con sello propio.

Que se ve y se vuelve

inolvidable.

Al menos para la parte irracional.

Para el grito, la pasión y el desengaño.

 

 

Roces estructuradores,

¡Cuántas sonrisas!

Palabras por todas partes.

Ciudad del logos.

Discurso e individualidad.

¡Qué paradójico!

Mientras descanso en la fuente

de la belleza contingente.

A veces pasa que lo feo es bello

y lo bello es feo.

El atractivo es lo terrenal.

Como mujer excitada dándote,

Dándose.

Como ciudad que está más allá

del bien y del mal.

¡Qué nietzscheano!

 

 

Corrección deambulante.

Ni soy… ni me gustaría

que la perfección se me acercase.

La basura también

puede ser bella

comparada con mi

reacción práctica,

en un mundo que

cabe en una ciudad.

La urbe sirenial,

que proviene de sirenas,

y no del amor.

Todo ruido,

ondas punzantes.

Hasta el ruido puede hacer

callar a las fieras.

Y más siendo ínfimos,

enanos y bochornosos.

 

 

Olor gris.

Neutralidad en las comisuras labiales.

Mientras, lo que vendrá

después.

La noche acecha.

Las escalas empiezan a sonar.

Un Manhattan y tanta, tanta buena

Música.

Nos esperan más luces de neón.

Como atrapados, pero siempre, siempre,

sin querer salir.

 

 

Nueva intención,

Más familia que nunca

cuando la ciudad nos habla.

Como transigir en tiempos difíciles.

Como la felicidad llena de contrariedades.

 

 

Descripción bilateral,

entre el amor y el amor.

Deseo, comería cocina internacional +

A mi mujer, sobre el Empire State…

Después relegar

mis experiencias a otros

paseantes de la ciudad.

Polvorientos, maltrechos

anímicamente. Seducidos por la

espontaneidad y la

desenvoltura.

Toma y daca.

Ahora yo

y después nosotros.

 

 

Declinar diario,

paulatino, descendente,

del centro…

De mi centro.

Como sombras de pensamiento,

de impresiones artísticas,

viscerales,

quizás jungianas.

Todo esto y más.

NY de fondo,

y mi recorrer por la vida.

 

 

Aprendizaje.

¿Es cierto el dicho de que

la mejor universidad es la de

la vida?

Límites incomprensibles.

Entre sílabas hiper sonoras.

Conversaciones que además

son alusiones al pensamiento pasado.

Todo buen arte es pensamiento.

Todo buen arte pasa por el buen

gusto de unos y el mal gusto de otros.

Y mientras galerías y más

galerías en el barrio de Chelsea-NY.

La concreción de la innovación.

El valor de los sentidos.

 

 

Bueno, bonito y caro.

Es la norma.

Pero las normas existen para quebrantarlas.

La excepción confirma la regla.

La calidad sale económica.

Dura más el buen recuerdo.

Como mínimo es más fresco.

Qué grandes momentos.

Siempre era de día.

Siempre era de noche.

Las veinticuatro horas con una

actividad frenética.

Envidia para los cansados

de vivir.

Ejemplo para los que ya

no pueden más.

 

 

Increíble,

he caminado tus calles,

junto al Hudson,

entre olores y colores.

Pero donde innumerables hombres han

pisado ya.

En un determinado momento se

convirtieron en mis calles,

impregnadas de mi aliento

y sudor.

¿Cuánto debe costar

improvisar un buen frasco

de jazz?

Aunque el ambiente de una

urbe como esta debe ayudar.

 

 

Recorro,

entre suspiros.

¿Es esto la vida

verdadera?

Dependerá de a quién le pregunten.

Dependerá de lo que te esperes

de ella.

De la dama que mira hacia arriba.

De la URBE en mayúsculas.

De NY.

 

 

Como aria callada

en si bemol.

Reparto de papeles en el

juego de los juegos.

¿Qué pueden interpretar de ti?

Mientras rocas, ladrillos, martillos,

la vida.

 

 

¿Qué dices?

¿No te sorprenden los rascacielos?

De aquí, del más allá,

que tan solo está al

salir por la puerta de mi/tú

casa.

¿Hasta dónde?

Hasta luego.

 

 

Velocidad tranquila.

Como el transcurrir,

como a veces el pensar…

entre muros.

La decepción no existe.

Yo y yo ante la relevancia.

 

 

Extinción de algún espacio

o de algún individuo.

A la vez de la muerte hay nacimiento,

siempre en el sentir

por el concepto.

Cómo… por ejemplo…

el luchar por…

la ilusión del estado ideal.

¡OH!, no hay un solo concepto…

Me han acompañado muchos

de ellos…

Y que conste que mi corazón se

ha quedado en NY.

 

 

Reiniciar.

Pensamiento vs sentimiento.

Límites entre el contento y el descontento.

La cuestión…

la exclamación.

Mientras, los predicadores siempre

conectarán con el sujeto.

Por ejemplo…

La ciudad de los sueños

y la libertad siempre

va a ser mía.

 

 

 

Crónica de un itinerario…

entre el pasado y el presente.

al mejor ritmo.

El de una persona…

o lo debería decir en mayúsculas y quizás

completar la frase.

EL DE UNA PERSONA Y LA CIUDAD.

 

 

Metros verticales,

a veces con sol.

No nacen flores…

nacen individuos.

 

 

 

Recogimiento interior.

Lo otro… lo otro.

Como patada sin control,

me siento, se siente…

camino.

Mientras camino, sueño.

Los sueños son mi realidad.

Hoy aquí, como ser diminuto,

por las venas de esta isla…

Manhattan impregnada de sangre,

con recuerdos.

Quizás con una sonrisa en nuestra

futura reminiscencia.

 

 

Entre…

mis piernas movibles…

¿Por quién?

¿Acaso soy un motor?

Pero… camino y camino.

Veo y veo.

Y sorprendido e impresionado

descanso en la

Columbia University.

Regalos.

Clímax prometedor.

Cuando cada uno es cada uno

es cuando se ha de acabar el relato.

Yo soy yo.

NY es NY…

basta de fusiones.

Cómo emblema personalizado…

 

 

Reacción ante

impresiones ambientales.

Como dijo el artista:

“la ilusión de la realidad”.

Qué se puede buscar en una

existencia castigada por innumerables

tormentas.

El caminar despacio,

sin tropiezos.

Al ritmo de esa viola de Haydn o de

la voz de Carmen en el Metropolitan

Theatre.

A la luz de personas que contagian con su especialidad,

sobre todo a la hora de sentir

lo inusual.

Como por ejemplo…

una suma de sensibilidades…

como por ejemplo…

etc, etc.

 

 

Rutina.

Esfuerzo.

Alturas que asombran.

Entre innumerables

personas siento.

Y cuando la X verdaderamente

es una incógnita es cuando

estoy tranquilo.

 

 

Breve cuestionario.

¿Cuántas veces, después de soñar, has

hecho realidad tus sueños?

No hay respuesta.

La simple respuesta es, ¿cómo

soñar otra vez?

 

 

Deletreo,

avenida abreviadamente.

Los pasos,

levantar la cabeza,

hay algo que se asemeja al cielo,

no, al paraíso.

Me paro.

¿Más gente?

¿Amigos o enemigos?

Tan solo gente.

Yo. Individuo.

A veces pensante.

Siento cada kilómetro de la ciudad

recorriendo mis venas.

Sin destino el corazón.

Sin destino los capilares.

Tan solo estar al cubo.

Como en tres dimensiones falsas.

Aunque quizás aquí nos lleguen nuevas dimensiones.

 

 

Decorado geométrico.

Gases.

Algo de salsa en la vida.

Reminiscencias vitales,

al ritmo de un fraseo de trompeta.

Al ritmo de una noche,

no de cualquier noche.

 

 

¿Por qué?

Todos iguales

y cada uno diferente.

Paradoja.

¿Es que quizás has visto

dos individuos calcados?

Miro gente por la calle.

No conecto con nadie

y eso que NY es super poblada.

Pero yo, como cada uno, irrepetible.

Me concentro en mis ideas, y…

¿qué difícil es salir de ellas?

 

 

Soy reiterativo.

En la ciudad de las luces es fácil iluminarse.

Ración de sol, luego de nubes.

Y andando me encuentro

con una librería exquisita.

¿Por qué tengo que irme de aquí?

Ojeo un libro de…

De Don DeLillo o…

¡de cuántos escritores puede ser!

 

 

Cuánto de todo

y cuánta necesidad.

A más logros más deseo.

¿Cómo se le llama a esto?

Instinto de supervivencia

o avaricia.

Con lo fácil que sería

plantar un árbol frutal y

obtener sus vitaminas,

siempre

necesarias.

Se requeriría otra forma de creatividad para

inventar sabores sobre absurdidades.

Parecido a un plato

en un restaurante de autor en el

que estuve.

“Crema de ceps con ceps”.

Ciudad de NY en NY.

¡Qué dulce su fruto!

¡Qué rechinar de dientes!, debido a

la sorpresa por tanta actualidad.

 

 

Lugares.

Tragos de limón.

El dulzor de la buena

compañía.

Ya no veo ni ladrillos.

¡Cuánto amor!

Sentir, odiar y presumir y allí

el Empire State.

Proponme un brindis,

¿por qué lo hacemos?

Por una vida completada por la pasión

de estos diez días.

NY y familia.

Recuerdos presentes

que pasarán a ser recuerdos futuros.

 

 

Esta noche no es otra noche.

Pensamientos.

¡Qué nalgas!

Y mañana quizá algo

de Moma.

Y quizás bistec al punto.

Compras, gozo y caminar.

Recrear en soledad.

Ver, correr y asimilar.

Yo quiero si tú quieres

y nunca se puede pensar en el último beso.

Agradecimiento

por el vivir sin vida.

Por el sentir extasiado,

gozo elevado exponencialmente a…

retiro.

Mujeres.

Una dama sin dormir.

Nunca es suficiente.

¡Cuánta calma!

Revoltijo.

Algo de estabilidad.

Algo de descontrol al pasar

por el pasar.

¿Existe el mal?

Permiso.

Aquí viene la metáfora.

¡Hierbas urbanas

en la ciudad del macerar

individual!

 

 

Cretino,

deambular limítrofe.

Cuántas vueltas por la

ciudad.

Como si estuviéramos

en el lecho o los

lechos del descanso.

Ella y yo.

Regido por mi bienestar.

Enrarecido.

Anidado entre los muros

del mundo.

Puteado por las plumas de la opresión.

En, con, sobre.

Y la ciudad a mis pies.

 

 

Recreación,

copia de la impresión pasada,

siempre en forma de sentimientos.

¡Qué energía!

Esquivo un detrito.

Salto.

Jadeo sin llegar al orgasmo.

¡Qué ciudad!

Un simposio sobre el burgo

moderno.

Y yo siempre un urbanitas.

Pero la ciudad con algún parque, por favor.

He aquí el trabajo del urbanista.

He aquí donde se forma el subconsciente

colectivo de la ciudad

y sus habitantes.

 

 

Atardeceres,

cuando brilla la

espontaneidad,

¡cuántas luces!

Mi ceguera.

Algo se obtiene…

Me cuesta comprender

racionalmente tantas

impresiones.

Emocionalmente abarco

mundos.

Y al dar un paso, mas

siempre regido por

un futuro de mayor

bienestar.

Como en cualquier vida

ideal.

¿Cualquier y vida irreal

podrían ser términos paradójicos?

Quizás no en la gran ciudad.

Quizás no en NY.

 

 

Reanudar.

Repetición.

El eterno retorno.

¿Quizás sea volver a otro sitio,

Otra calle,  otro detalle?

Captación.

Qué bien se me da saborear.

Entre, por, depende.

La misma calle,

las mismas pisadas.

Roto, mas reconciliado.

Como la metáfora,

tumbado como “pitroig”

borracho…

de pasión

por la ciudad de los diez días.

Donde los deseos

se convierten en acciones,

y las acciones en emociones.

Como petirrojo.

 

 

Realzarse tras la propuesta…

ánimos con un frescor

eterno de saxo.

En el ir y venir llego al Subway.

Uptown por favor.

Velocidad en las decisiones.

Subir y bajar del infierno

al paraíso, siempre terrenal.

Siempre pisando cemento.

 

 

 

 

Réquiem por sensibilidades

pasadas.

Voto por la ciudad moderna

y el cosmopolitismo.

Sumas y restas…

mayormente sumas,

exponiendo una geometría

racional e imperativa.

¡Qué conjugación de colores!

¡Qué fraseo de trompeta!

Cómo el ir y siempre sin

vuelta atrás.

Al ritmo de unas vidas

armónicas, más o menos

melódicas.

 

 

Paisaje convencional.

Cuando la convención está compuesta

por una minoría

que se supone es bien pensante,

siempre bajo el sabor

de la posible locura.

 

 

Sopa.

Pintura.

Caldo colorido.

Mientras, hay momentos…

Reality,

cuestión de gustos.

¡Qué interesante es Manhattan!

Rehabilitación.

Como una tarde de domingo.

Sofás, abrazos y rascacielos.

 

 

 

 

Como entender y creer.

Es lo único que tengo.

Fe en las paradojas.

Medito y mientras lo hago,

patino, ¡qué zapato tan desgastado de

tanto cansancio! Aun así sigo caminando

y viendo arte, en la ciudad sensual donde

el meditar viene al caso.

¿Qué otra cosa puedo hacer en NY?

Nada más, ni amar con

la intensidad del pensar.

 

 

Réquiem a mis pesares.

Luz y sonrisas.

En el extremo opuesto,

defecar y soltar materia.

Cuánta más sueltas, más cerca

estás del dolor.

¿Materia o espíritu?

Qué más da a los pies del

Metropolitan Museum o del

Guggenheim de NY.

Obra de Frank Lloyd Wright.

 

 

Corrigiendo,

esquivo malestares.

Ante la confusión, un poco

De black cofee.

Ante el optimismo algo

de hambre.

Nada perpetuo.

Como salvar individuos antes

de saltar

para llegar a la cima del

Rockefeller Center.

Como una vida surrealista,

O mejor rayando la abstracción

absoluta.

¡Qué locura!

 

 

 

Corto de corteza.

Miga de amigazo.

Cuánta paradoja.

Se vive del instinto.

Entre una Odisea y homero.

Entre la historia y la tierra

de las oportunidades.

 

 

Creencia.

Credencial.

Estereotipo.

Y a modo de retrato,

líneas claras,

realzando un posible carácter

cosmopolita.

¿Existen las ciudades abiertas al mundo?

¿O tan solo se quedan en intenciones?

Estornudo y mis

microbios recorren

cuerpos, vidas.

Siempre experimentando la

amoralidad.

Entre el bien y el mal.

Como dijo el sabio loco.

Propugnación imperecedera.

 

 

Como arquetipo

pero sin idea fija.

La mente.

El camino.

La locura.

Paseando observo,

y las impresiones de ese observar

poco a poco se van convirtiendo

en fundamentos.

Teóricamente míos.

Idealmente míos también.

¿Y si el caminar es por Broadway?

¡Qué riqueza!

¡Qué suspense!

El desear y a la vez estar.

Como la vida.

 

 

Como si de una

novela de Saul Bellow

surgiese.

El hombre.

El intelecto creativo,

y por favor,

Algo de erudición.

Pasea cansado.

Come pensando.

Corre y se relaja.

La mayor parte de las horas da

a luz partes de él.

Partes de la vida donada.

Partes de su resiliencia.

Y el marco propicio, ¿cuál es?

NY,

Y bebiendo un Manhattan.

O queriéndolo beber.

Junto a su amada.

Escuchando a Jerry González and the Apache Band,

En el West Village.

En el Blue Note.

¡Qué borrachera de sensibilidades!

 

 

Luz,

¿quizás aún no se ha puesto

el sol?

Borrachera de sensiblería.

Qué dureza la ciudad y sus calles…

Qué bello.

El momento: un instante

en el tiempo.

El momento: una dama

entrando a un edificio de

cien plantas.

¡Qué pequeños!

¡Qué ingenio!

¡Qué banales!

 

 

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