Interiores 2, lo redacté en el verano del 2008, con pasión por el nacimiento, en marzo, de mi hijo, y con la ilusión de compartir…
Trinidad
Ponerse los zapatos
y el abrigo y pasear
sobre mi piel,
Y yo gozo por ti,
por tu felicidad
de madre comprometida.
¿Y cómo ser sólo sonrisas
y placer? Sabiendo
que los tres somos un
sentimiento para tres
individuos,
como el agua del río
que pasa y nunca
es la misma agua.
Te llamo, te amo
y te tengo.
Pisadas
Viento rompiendo ramas,
causando la muerte
de hormigas aplastadas
por hojas que se secarán
en suelos, y se
romperán por pisadas,
por seres insensibles
de alma sospechosa, seres que cuando
andan no piensan,
y cuando piensan sólo
causan dolor.
Physis
Un gran roble ensombrece mi sien
pensante, y el agua del arroyo cercano
la refresca.
Además, mi cuerpo pide
probar leche recién
ordeñada de cabra,
para convertirme como ella, ágil,
libre y natural.
Y cabe preguntarse.
¿Dónde ha quedado
nuestra naturalidad?
Finitud
Como un cachorro humano
de disperso, de inmemorial,
me convierto.
¡Oh naturaleza que todo das
y todo quitas!
Como un experimentado
humano arrugado seré,
inmemorial, poco ágil,
cercano a la nada.
¡Oh naturaleza que todo das
y todo quitas!
Miedos
En días oscuros,
¡por favor! Necesito
de mi buscada lucidez,
para pensar, para comprender,
para seguir y
saber, para amar,
sólo para amar.
Porque por mí se
pueden impacientar.
Porque a mí me pueden
nostalgiar.
Porque su lucidez,
a mí también me ansía.
Contrariedades
Se baja la persiana
escondiendo unas vidas,
quizá sabias, probablemente
nostálgicas,
en el mundo contradictorio
dónde el hombre necesita del
conflicto, donde el orden
natural es conflicto.
Y entre tanta guerra siempre
se anuncia una nueva.
Gracias a los más listos,
cuándo listo es sinónimo
de egoísta, de malhechor,
De … en fin.
Unidad
Lluvia, y después
las flores cantan
frío, y la energía
vuela y vuela.
Amor, es negado
por bares, alcohol y sus gentes.
Amistad, superflua aunque no
Quiera ser superflua.
La verdad, ¿cada individuo
tiene una verdad?
Mi familia, en la que creo,
en la que me ilusiono,
mi verdad.
El viento
Acantilado violento
dónde el viento
arrecia, y yo me
dejo llevar por él,
con mis piernas
dormidas, pero
mi cabeza siempre
pensante, y el yo,
¿qué es las piernas
o mi ser pensante?
El yo es le viento
que me lleva,
el viento que me lleva.
Mi mona
Caminos rectos pero
relativos, con varias
opciones, máxima
de nuestra libertad.
¿La margarita o el tulipán?
¿El jilguero o la paloma?
Todo sacia, a veces
escojo unos, otras otros.
Pero lo único que escogeré
Siempre, sin cambio alguno,
es a ti, mi mona,
mi sabia, la que me ayuda
a escoger lo otro,
la que levanta al
viento mi libertad.
Ni Dios
Ramas secas piso,
y su crujir se asemeja
al lamento de la
naturaleza agonizante.
Y yo como dentro
de esa naturaleza,
aunque a veces no lo crea,
también agonizaré.
Y no me salvará ni el Dios de los
unos, ni el Dios de los otros.
Yo y mi ansiada paridad
solo me pueden salvar.
Hechos realidad
Cruzando el río
de las ilusiones, me
quedo con ellas
y me impregnan
hasta la gorra
caliente de pana.
Ese río es el de los sufrientes
en épocas pasadas, el de
las lágrimas
convertidas en sonrisas,
el de las desilusiones,
convertidas en
excitantes hechos de felicidad,
cómo si quisieras
ser poeta y
escribieras versos
preciosos, como
si quisieras ser
amante y
todo el día
te inundara
el placer.
Amar y matar
La ansiada y buscada paz,
ser amigo
del monte y hablar
con el humano perdido,
y contra el viento
subir, subir a la
cresta de la cordillera,
para desde las alturas,
ver el mundo y su guerra,
el hombre y su hambre,
¿hambre de amar o de matar?
¡Hambre de amar y de matar!
Cercanías
Diálogos convertidos
en monólogos, y qué
cerca y qué lejos
del cansancio, viendo filmes
y escuchando nuestras
melodías, que sin interpretarlas
nos interpretan,
y que dicen, estás tan
cerca de la realidad:
cerca
lejos del cansancio,
mi amor, ahora, ayer y
mañana; tanto lejos como cerca.
Temblores
Camino entre robles
hacia la morada
de los sentimientos;
Y me encuentro
pájaros, liebres
y culebras. Todos
libres, coloridos,
y vírgenes de gases
y polución, y les digo:
dejadme un poco
de vuestra agua,
vuestro oxígeno,
y hasta de vuestros instintos,
qué para mí y los que son
cómo yo se pierden.
Y se pierden la
tranquilidad de saber
mojarse cuando llueve y
saber descansar
cuando el mundo
ya lleva tiempo
temblando.
Agua
Voy siguiendo el
curso del agua, y me dice:
¿Quizá invisible
floto y subo tan
alto? ¿Y quizá
soy casi nube?
Algodonosa y suave,
pudiendo oscurecerme
del enfado y soltar
electricidad para
tranquilizarme.
¿Ay, en que tempestad
me convierto
y en que
calmante de
necesidades de los
seres de este
mundo, soy?
Humedad: agua,
Vapor y hielo.
En que sustancia
tan preciada me
convertiré.
Trayecto
Me lleva por su cauce,
sendero melódico,
para juntarme al pájaro
que vive para piar. Y
él me enseñará a
recorrer y recordar
de donde salí, y como
él, siempre migrando.
Mas siempre será un
camino de regreso
a mis fundamentos
tan sólidos como los
de la torre esa torcida,
la de Pisa.
Tan sólidos.
Tranquilidad entre el caos
Bella imagen, tu rostro,
el salón, las flores,
los libros. Un tuyo,
un mío, un nuestro.
¡Y qué encantadora
es nuestra descendencia!
Entre risas, entre lloros,
entre juguetes en el caos
Por toda la casa.
Y me prometo no olvidar
nunca este caos, estos
gritos y estos momentos de
tranquilidad pura
entre el caos,
escribiendo versos, siempre
escribiendo versos.
Conocimiento
Camino tortuoso:
El de la vida.
Camino oscuro,
seguro e inevitable:
El de la muerte.
Camino gratificante
y sangrante:
El del amor.
Camino agotador
y tierno como el
canguro saltando
y su bebé en la
bolsa:
El de la paternidad.
Camino imposible:
El de la sabiduría.
Camino imposible:
El saber vivir sin
tropiezos, el
conocimiento de los
otros caminos.
Sensaciones
Cruces, miradas y
triángulos observándote,
y algunos lo explican
todo con números.
Si yo tuviese que explicar algo
de mí, o del hombre sería
sobre terminaciones nerviosas,
que te hacen gozar, o sufrir.
y ¿si pudieses elegir?
¿O ya has elegido?
Páramos, valles helados,
palmeras sudando.
Y yo bajo el calor desértico
o el frío antártico
sigo caminando mi
camino, y ahora contigo
y para siempre contigo.
Antinomias
El recorrido,
¿Recto o curvo?
¿Por qué coger atajos
si el paisaje es bello?
Y que dure y dure
la belleza, y que
dure y dure la
imagen de ese monte
como fotografía en mi
mente, en mi
ser que busca humedades,
tu humedad de selva
pacífica, de una América
esclava y libre.
¿Y cómo pueden haber
antinomias tan
verdaderas?
De vuelta
Voy lanzando piedrecitas
sobre el agua, y el
río parece que no cambia,
pero sólo parece.
Después me dispongo
a sumergirme en él,
para que ese instante
sea mío y de la
humedad.
Y cuando salgo y
me pincho el pie
con una ya maldita
piedrecita,
he vuelto al reino
de los problemas,
porque el frío se
adhiere a mi piel,
incluso recibiendo el
calor del abrazo
de mi amada.
Siempre mi amada.
Volver a nacer
Algunos sabemos
que se puede volver a nacer,
mucho después
de haber nacido,
de nuevo a una dulce
vida, tras el
trayecto por la
penumbra,
y como todas las
necesidades de esta
vida, ya queda
para siempre la
necesidad de
pensar claro,
amar claro y
transcurrir a
través del tiempo
que forma
la existencia,
también claramente
e inundados
de tranquilidad.
¡Vivo!
A la nostalgia siempre recurro,
y la sangre a veces se me
altera, otras se apacigua,
¡pero aún estoy y
Más que nunca ¡Vivo!!
Y con mi piel particular,
he sido oveja, pero creo
que ya nunca más
perteneceré, al menos,
al mismo rebaño que antes.
Yo responsable de
mis responsabilidades,
quiero salir de la
caverna de las sombras,
así si Platón
me viese, seguro que ingresaría
en la Academia, pero
pienso, ¿por qué caer
en una doctrina más?
Nuestra mar
La mar,
grandiosa libertad
y sobre todo
caoticidad, la
mar donde todo
hombre es vulnerable
pero atraído (aunque yo
sirenas no he visto).
La mar, que te vuelvo a
querer por haber querido
más que nunca.
Mar en invierno, mar
en verano, pero
siempre contigo, mujer
atraída por su grandiosidad,
por tu distancia a la casa pairal,
siempre: mi mujer,
mi mar, mi mujer,
nuestra mar.
Camino
No hay camino de agua
en el estanque de las ranas.
Y si hubiese un camino lo
recorrería y volvería a mi
lugar. Camino circular que llega
a mi yo, al principio
sudado, por el esfuerzo de la
existencia, por el miedo a la
existencia, por las ansias de vivir.
Hogares
La casa era mi casa,
igual que el bosque
es mi bosque, y
alegrándome dejo
atrás versos del triste
hogar, y vuelvo a
escribir versos del hogar,
ahora apetecible hogar,
dónde las rosas
igual se marchitan,
Pero mientras viven
se disfrutan.
Versos, versos, versos
con adjetivos rojos
y violetas de fuerza,
y verdes y azules de
tranquilidad.
Soles
Vi pasar una luna,
según dicen no la
única luna,
que el pajarillo
quería atrapar,
¿Y quién los seguía?
¿Quién los seguiría?
No el aeroplano
hecho por y para
el ser humano, si
la luz que desprendía
el sol antes de moverse
para descansar.
Aunque dicen que
no se mueve,
para mi despierta
y se acuesta,
Sus rayos son felicidad
y en los días que no da calor,
qué sufrimiento siento,
cuántas ovejas ansiamos que acaban
calentándonos.
Camino
Y para que hablar
más de caminos,
si como mejor se andan
es sin pensarlos.
Pensar y no pensar
el cansancio del
recorrido, a ti mi
amigo y mi enemigo camino,
de hierva humedad
o hirviente cemento.
Mi camino y mi vida
aunque sólo soy mis
circunstancias, mi yo olvidado,
mi yo a veces esperanzado.
Mirada a mirada
Los raíles parece que
llegan al final,
¿Qué final?
¡Ay, que no quiero finales!
Un pie a un lado
otro al otro y
por el medio aire que
pertenece al cielo,
parece la nada,
Está más cerca de lo parecido.
Cielos mil, imprecisos,
con bufandas para que no
se constipen,
ya que al ser
constipado ya se le
conoce algo y
yo quiero de ti
el misterio, el
conocerte paso a paso,
mirada a mirada.
Buscando libertad
Imagino un verde prado,
y húmedo, y con olor
o a oxígeno, o a aire
puro, o a naturaleza.
Y me acompañan mí
mujer y mi hijo,
pero yo soy el de
mayor aroma a sudor,
por saltar de roca en roca,
por mis ansias de libertad,
para tocar la tranquilidad,
y estar cercano al paraíso
de los silencios.
¿Y que pereza volver
para relacionarnos con
más humanos, lejos
de las piñas,
lejos de las víboras?
Serpientes claro está,
Que no sea algún ser semejante
a nosotros, que
siempre nos pide algo,
¿Y qué le podemos
dar mas que el secreto
de la libertad?
Agua del monte
Ansío pétalos olorosos,
mejor junto al fuego,
una mano en un bolsillo
la otra con una taza de café.
para al acabar, oler
y leer unos versos,
salir y andar y andar,
hasta el agotamiento,
hasta chorrear sudor,
para volver a estar sediento
y volver a tener al placer
de beber agua fresca
del monte,
siempre del monte.
Veo
Veo rosas nadando
en el lago y
canto y disfruto,
mientras tanto la abeja
de turno revolotea
en torno a ellas.
¡Y es que no recordáis
que tras tales juegos
se puede abrir un
capullo en flor, para
convertirse en el ser
del amor!
Y sin contestar a mí
Exclamación, nacen y
nacerán niños no buscados,
no importa, pero si fuesen no
queridos y yo fuese el
gran castigador arrancaría
de cuajo los deseos, todos
los deseos de padres no
amadores de lo que al
fin y al cabo son su
humilde extensión.
De mi casa a…
De mi casa al mar,
de mi casa al bosque,
de mi casa a ti,
ser natural, que
también estás en mi casa,
en nuestra casa, con
nuestra cama y sábanas,
e instantes que tenderán
al universal de ternura.
Y por la mañana, tras dejar
las sábanas húmedas,
de sudor, en el frío
del invierno, café con
leche y dos tostadas
con mantequilla y mermelada
de fresa, y el café con leche
cargado de azúcar, para
que dure el dulzor
de la noche por lo menos
parte de la mañana,
y luego poder seguir
pensando en,
de mi casa al mar,
de mi casa al bosque…
Sonrisas
Moldeo con un punzón
la morada sin apenas
intuir la escultura
que saldrá… quizás
la de una sonrisa horizontal,
de esas que benefician a los
nervios y al último de y entre los
humanos, quizás
la de una sonrisa vertical,
que aunque sólo sea
copia de la tuya, es arte,
es bella, pero
no pretendo ser
excitado, ya que no hay
nada como tú sonrisa vertical
pudiéndola oler, tú
sonrisa vertical
pudiéndola acariciar.
Manos en los bolsillos
El tren hace su camino
y a veces también el mío,
pisando zarzales y con
las manos en los bolsillos.
Y me preguntarás:
¿Cómo el tren puede tener las
manos en los bolsillos?
Y te diré:
No lo sé, pero creo
que todo ser vivo, todo
ser en movimiento
y que cambia, en
invierno, debería llevar
las manos en los bolsillos.
Consejos de amigo,
sólo consejos de amigo.
Desandar
Seguía el camino
tras el laurel,
cuyo aroma
siempre me ha
sobrepasado, y
con el he
engendrado cambios
químicos a otras
sustancias enamoradas.
Y el camino nunca
se ha acabado,
y al laurel, a
ese laurel nunca
lo he alcanzado.
¡Qué sería de mí
sin ti, aroma!
¡Qué será de mí
contigo, pasión del camino!
Y como dijo un poeta
algo diré yo, quizá
se pueda hacer mejor camino
después de desandar.
Tú y yo,
Ruedan mis pensamientos
como recorrido natural,
de mí a ti,
Y de ti a mí,
y el carro alado,
y los mulos,
y filmes con muchas reses,
y la vida, una
vida en círculo,
Una vida entre tú
y mi vida,
entre tú y nuestra vida.
Pan
Yo y mi melodía
que como imitando
las notas del saxo
escucho, y me transportan,
y me transporto,
al mundo de la sensibilidad,
acompañado, pero
siempre siendo yo contigo,
y con el pan siempre
a punto de ser mordido,
ya que no hay sensualidad
sin pan, ya que
no hay tú sin pan.
Canto a mi yo y al sol
Con el mar de
trasfondo, y huyendo
del subconsciente.
Ando y ando y trepo,
por la vida, por el árbol,
vida con raíces.
Me conozco y me ausento,
me llamo y me cuido,
buscando tu humedad,
prado a la sombra, escondiéndose
del sol que nos
regenera, del sol que nos
quema, del sol
que del que todo
individuo animal o
vegetal se alimenta.
De penumbras
Directo a la penumbra
fui, e intacto regresé,
¿A dónde?, a la
querida normalidad
roja, de pasión de
mi vida, de pasión por tu
vida, de mi sendero
limitado por pinos, que si
no míos, mientras camino
los quiero como si
fuesen míos.
Posibles borrascas
Y sigo viviendo, y
sigo leyendo,
y sigo imaginando,
y sigo apasionado
por los pétalos de
la flor que el viento
arroja a mi cara,
en el espléndido día
de la tempestad,
magnífico porque
ya es el día siguiente,
el del cielo raso
y sol aguantable, para
saber digerir mis borrascas,
si es que llegan,
si es que…
Ser natural
Voy camino hacia el mar,
y nazco en el monte,
y no soy río,
soy sólo un ser que ansía
pureza, como mi pasado
y mi camino hacia el
futuro, con millas de
podredumbre,
pero ya toco la mar
el infinito, la realidad,
de donde ni los
niños quieren salir.
Fortunio
Me dirijo, y no
acabo de descifrar
mi fin. Que será
junto al ser
o no será.
Yo soy ahora
y de poco
me servirá
pensar en cosas
inalcanzables para
comprender, lo
que sí puedo saber
es cuánto siento,
cuánto amo,
y cuan afortunado
soy en este mundo
de desafortunados.
La fuente natural
La fuente natural,
¡Oh, la fuente natural!
Que a los caminantes
incansables cuantas satisfacciones
les darás.
Cuando aprieta el sol,
y la sombra de los árboles
es un espejismo,
cuántas satisfacciones les dará.
Montaña, camino y fuente,
paso metros e itinerario,
y todo ello sólo
para poder beber,
y quedar realmente
satisfechos de una
de las mayores
satisfacciones
de las realidades
naturales:
El agua cristalina y potable
de la fuente natural,
después de doce horas a buen
paso, bajo el sol del verano,
en unas vacaciones
atentamente escogidas.
Oda al verde
El helecho, el pino,
la simple y común hierba,
todo virgen, sin entrar
en ellos, el trabajo inhumano
del ser. Y sigo pensando
en vosotras, vidas
verdes o marrones,
oxígeno del mundo,
objeto preciado y precioso
qué servís mucho más
cómo para salir en la
revista fotografiado,
servís para dar calma a seres, vivos,
naturales, amaestrados y
salvajes al mismo tiempo,
cómo por ejemplo yo.
Mar y mujer
Sonrisa correspondida
en el interior del sendero,
en dirección que sólo nosotros sabemos.
Pero la mar está cerca con
sus velas y sus aletas,
cómo bañera con submarinos,
cómo bañera particular,
(y a la vez comunal)
¿Y este es el fin del camino?
Acantilado al mar, tras
prado al sol, y sombra, si el anterior
aprieta, humedad y amar y amar
en el prado.
Como fin, me apunto,
y tú conmigo ¿no?
mi cosquilleo asiduo,
mi suavidad en mi ofuscada,
mi alegría en mis pánicos,
mi esperanza en mis delirios,
mi mujer incambiable,
siempre incambiable.
Míos
La huella, ¿en el árbol,
en la rueda del coche?
No necesito un espacio,
necesito mi espacio,
no necesito un mundo,
necesito mi mundo,
no necesito un camino,
necesito mi camino.
¡Sí! Hacerlos míos,
interesado en criticarlos
porque son míos.
Interesado en consentirlos
porque son míos.
Interesado en franquearlos
y pasar minutos, días,
vidas en tú espacio, tú
Mundo y tú camino,
que en el fondo
son también
el mío, el nuestro
como individuos puestos
en común.
Volver
Oigo crear ¿Quién será?
Oigo naturaleza en
mi razón, oigo
libertad en mi acción,
¿a quién se lo deberé’
Oigo melodías, paz,
bulbos olorosos que me apena
comérmelos, porque como yo
son hijos de la tierra,
del cosmos, de la vida,
y como toda vida
con comienzo y final,
quizá pueda tener un final
más agradable que ser
parte de mi cuerpo,
o volver a la madre tierra.
¡Huy, qué sabios son
esos que casi aniquilamos!
Qué sabios.
Amada
Creativos todos,
y por crear
crearía una hoja
suelta, pero con su salvia
siempre circulando
en círculo, para que se
diversifique, para que no
se nos vaya una y única
vida compañera,
una y única vida amada y
necesitada, y atrayente,
y conocida, porque
es la única, es la mía…