• ¡Otra vez no!

Exclamó Pierre cuando vio en las noticias del mediodía, volvía a haber huelga de metro.

Llamó a su ex mujer:

• Por favor, déjame tu coche.
• Ni por asomo, es mío y solo mío. Tú decidiste darme todo lo tuyo cuando te fuiste con la joven y bella Marlene.
• Pero ya no estoy con Marlene, no tengo nada, y como siga la huelga de metro voy a perder hasta el trabajo.
• – Muy bien te lo dejo, pero por cada favor, me tendrás que comer el chocho y yo no te satisfaré de ninguna manera.
• Cabrona, puta.
• Si no aceptas, se acaban los favores.
• Vale, haré lo que dices.

Pierre, tuvo el coche para llegar a la otra punta de la ciudad, al trabajo. Y cumplió lo acordado, quedándose excitado y con el desespero de no haber podido follársela.

Pierre era una persona tímida, pero cuando quería algo lo buscaba. Se propuso volver con su ex mujer. Así que le pidió muchos favores. Pero hubo un problema, se volvieron dependientes sexualmente, aunque, con el problema, de que Pierre se volvió en el esclavo sexual de su ex mujer.

Los roles son muy difíciles de cambiar. Al cabo de dos años, Pierre, humillado y con falta de autoestima, conservaba el trabajo. Estaba desesperado interiormente y su integridad moral, estaba por los suelos. Nunca le había hecho mucho caso a la moralidad, pero cuando se carece totalmente de ella, todo lo que te rodea es un caos.

Pero la historia dio un giro de 360 º. La ex mujer de Pierre debido a la cantidad de orgasmos que le producía Pierre, y de lo cuidada que se sentía, se enamoró de él. Del hombre sin moral.

No se la continuación de la historia, pero supongo que la ex mujer, convertida en mujer, pasó a ser la esclava sexual de Pierre. De lo que estoy convencido, es de que nunca llegó a ser una relación saludable para ninguno de los dos.

• Relatos breves