Interiores 1

Estos versos los redacté durante el años 2008, forman parte de una trilogía o tríptico, junto a Interiores 2 e Interiores 3, ambos también publicados en el blog.

 

Gracias

 

 

La razón de la vida

o el por qué somos

agua y nos peleamos

con el insecto y el bosque por

trozos de tierra. El por qué la luna

se apaga y nos llega

el sol con frío o con calor,

con humedad o sequía.

Por qué me gusta el color rojo,

quizá soy pasión.

El por qué de los por ques

con su melodía latina.

Por qué y con dudas, gracias

por estar aquí sin haberlo pedido.

 

 

 

Con tranquilidad

 

Ya no hay gracias,

sólo agradecimientos

a la mar,

por enseñarnos lo que

es la libertad,

La calma y el genio.

Y alimentándonos de él

también nos refrescamos,

el mar sin motores,

volvamos a la fuerza del

viento, volvamos a reír

y a sufrir, pero

siempre con tranquilidad.

 

 

 

Circularidad

 

 

Rodando mi vida,

subiéndome a la copa de

los pinos para

acercarme más a nuestro centro,

el calor, el sol,

el calor de los sentidos y la

carne, en mi vida en círculo.

¡Y qué siga y siga

rodando! Y que nunca

se apague, ni mi pensar,

ni mi cuerpo.

Vida en círculo e ilusiones irreales.

¿Qué más pedir

a la naturaleza?

El que haya una meta

aunque sea individual.

 

 

 

Vidas somos

 

 

Círculo animal,

y reproduciéndonos

y reproduciéndonos,

quizá salgan cachorros

más bellos, o monstruos

más solidarios.

Y como diría un poeta

Creador  casi nunca leído:

Lo que necesitamos es

un gran charco de

agua dulce al que llegue

un arroyo de agua potable

y los peces en él,

se diviertan tanto

como nuestros hijos

en el charco.

Y que reinen las sonrisas

verdes, reflejo de un gran

prado limítrofe al charco

de la vida, que en determinados momentos

se calienta con el sol.

 

 

¿Qué más se puede decir?

 

El gran charco,

como vista, tranquilizador,

mientras engullimos tostadas

con mantequilla y mermelada,

mas café con leche.

¿Quiere decir que estamos a primeras

horas de la mañana?

Si no importa de qué lustro,

ni importa en qué meridiano,

tan sólo importa que nos

tenemos a los tres, a los tres

y aunque mísera, nos queda vida.

¿Cuánta?

A ratos más, a ratos menos,

dependiendo de los dolores

de cabeza. De la moral,

de la actitud hacia la rosa.

¿Qué más se puede decir?

 

 

Palabras sin sentido

 

Cuando el jilguero canta,

yo callo.

Cuando el mar nos

habla, yo callo.

Y cuando el silencio es

absoluto, suspiro y pienso,

es el momento de

pronunciar melódicamente unas

palabras sin sentido.

Pero sobre todo melódicamente.

 

 

 

Horror

 

 

Ni rastro visible

queda ya de tabaco

en mi. Ni rastro

visible queda de

aliento en mi.

Y como si quisiera levantar

la  cabeza para

ver más claro.

¡Horror, la realidad

del mundo me rodea!

 

 

Pesimismo

 

 

Claridad en algunas vidas,

y yo sin entender el ¿para

qué? No disfruto con el mar,

he perdido mi sentido

gustativo por la rutina.

¿Y quizá caiga, quizá mi

sendero se quiebre, quizá el sol

ya no me ilumine? Y yo

ni lo siento, viviendo

entre sombras, siendo

yo también una sombra.

 

 

Optimismo

 

Humedad en mí ser

que hace crecer y prosperar

mis sentidos, para captarte,

para entenderte, amor y vida

en épocas de sequía

emocional, y calor exterior,

vuelvo a ansiar tu frescura.

Mar, amor, charco que alimenta

a lo que le circunda,

alimenta siempre

burbujeante y sanamente.

 

 

 

Copias

 

Copias y copias.

Y como pintando

el paisaje de montaña

miro yo lo natural.

¿Lo natural del ambiente

o lo natural de las situaciones?

Mi familia es natural,

el árbol es natural,

el agua es natural, .

nuestra moral es natural.

Situaciones de vida

para pintar y copiar,

o para crear y castigar.

¿Castigarse uno mismo

o a los demás?

Qué bueno sería poder

diferenciar la cuestión.

 

 

 

Suciedad

 

Pronto, quizá por la mañana

ya no haya rocío.

El calor aprieta,

y no disfrutamos del agua.

O no deberíamos disfrutar.

Y que interiorizados tenemos

los pensamientos

llevados a la práctica

en nuestra suciedad interior

y exterior.

Cuando la suciedad

en toda la historia de la

humanidad ha causado

estragos,

Gran destrucción.

 

 

Tu piel

 

Retoño, cómo

la flor de colores,

cómo el monte en

grandeza,

cómo tú en hermosura,

y madurando lentamente,

madurando sin parar.

El río es siempre diferente,

según Heráclito, también

tu piel no es siempre la misma,

Y cada vez que la toco,

me refresca, me tienta más,

me refresca.

 

 

Instantes

 

Camino acuoso y

cañaveral.

El sol que aún con

su prolongado esfuerzo

en el día se agota.

Y esperamos la noche

sólo para oír el canto

de las cigarras entre las cañas,

que por suerte o mala suerte

solo tocaré cuando estén

atadas y bien atadas

formando cestos.

 

 

Tostándose al sol

 

Si es arduo trabajo

el del sol, que será

de la obligación de

los que trabajan bajo

él, tostándose, sudando,

e injuriando y blasfemando.

Y yo desde mi sofá y con  mí

café, tengo la cara

de pensar en ellos.

Gentes que quizá no me

interese conocer, pero

tan relevantes para los suyos,

cómo alguien de sangre azul

para los suyos.

 

 

Seres

 

Mis versos, mis sentimientos

y mi pluma, relación intersubjetiva,

entonces por qué te necesito

sol, árbol, agua. Por qué te necesito

gusano, mosca, cucaracha.

Si yo no soy más que uno más.

Si yo soy tan perecedero como

el que más, o sea un igual.

Pero gozo con la humedad

de mi río y de tu sexo.

Y yo conmigo y tú contigo

nos bañaremos en mi río

impregnados de humedades

m,ientras nuestros iguales comen, nadan

o se aman, para a lo mejor hacer

lo que nosotros, intentar que te dejen

vivir, intentar vivir aparte

del ser de los seres.

 

 

Pasados y presentes

 

Mi bebida preferida,

tras largos y tristes

años en que era etílica,

ahora es la más natural,

la que más sana el dolor

de la sed. Y es que mi

proceso hasta el final de

mis días será el del saneamiento,

el de sacudirme el polvo nunca acabado

de espantar, el de paliar

y controlar los miedos  y

las conexiones nerviosas

de un cuerpo que va rejuveneciéndose

después del maltrato de los excesos.

De un cuerpo que cada noche

tiene vida en forma de

deseos carnales, cuando una joven piel

de unos cuantos años

desprende ese olor que me nombra con su

olor, que sólo pide atracción.

y que se acuesta repetidamente

junto a mí y mis sueños,

angustias y necesidades.

 

 

La angustia del no sea

 

Que la noche sea fría,

¿importa?

Que la noche sea

Estrellada, ¿importa?

A mi lo único que

me amedrenta es que

la noche no sea noche.

Que el pájaro, no sea.

Que el agua del río,

no sea.

Que el sol, no sea.

Y con todos estos

no seres,

¿qué será de mí?

¡Qué será de mí!

 

 

Sueño

 

Día recargado, luz

indecisa, y apetito

que no aparece.

Todo ello sinónimo

a olvidable.

Y sueño, y sueño,

y mi viaje entre estrellas

de mi pensamiento galáctico

dice: quizá en unos segundos,

unas semanas, unos años esté junto

a un río, tumbado en

un césped, con mi familia ,

Y el día sea liviano, la

luz decidida, y aún en el sueño por

entre las estrellas, por el cosmos que sólo

significa armonía, ¿sólo?,

estemos hambrientos de todo y más.

Y ya sin soñar se que eso

lo he tenido,

Lo tengo y lo tendré,

pero intermitentemente, ya

que nada  hay eterno,

ni felicidad, ni tristeza.

Pero baja, baja de ese sueño por lo intergaláctico

que tu tú, y tu ahora está en

el cosmos de tu cotidianidad.

 

 

 

Ilusiones son realidad

 

El decorado, la ilusión,

el camino, no siempre húmedo,

del río.

Conociendo, desmenuzando

mis ideas para intentar ir

a parar allí.

Al mar, a lo inmenso,

a mi ilusión alter ego.

Y sigo desmenuzando, comiendo,

riendo y llorando.

O sea intentando vivir,

o sea amando y logrando

ser amado.

 

 

Un poco de alegría

 

¿Qué será de nuestras

vidas más tarde?

Y yo siempre pensando

en el más tarde,

cuando ahora disfruto

redactando unos versos,

y retengo en mi ser una nerviosa

esperanza, casi

angustia, ¿de qué? y si ya creyese

en Él, ¿qué le pediría?

Dadnos algo más que lo

estrictamente necesario.

Un poco de alegría

por favor,

un poco de alegría.

 

 

Tan sólo es

 

Camino de alegría,

dónde la naturaleza

no para de crecer

y no hace falta

castigar al suelo

para comer.

Camino que es de la

alegría para mí,

para vosotros,

para la vaca e

incluso para el caracol.

Dónde el alimento es el

amor y el sol, y también

su destino final: la

inmensidad, la vida

húmeda, la mar que

en realidad no es mía ni

vuestra, tan sólo Es. Y

si acaso fuese de alguien

sería de sus escurridizos

habitantes, que saben sacar

el máximo provecho

de algo que nos sirve

para calmar nuestra hambre.

Nuestra ansiada agua

o Diosa agua.

Que no nos faltes

que no…

 

 

 

Nevado sendero

 

Caen copos de nieve

mientras mis labios se agrietan.

Hay quien dice que

una potente chimenea

es lo único que sirve

en estos casos.
¿Y tu piel?

¿Y tu calor?

Y unas palabras adecuadas

para ser consciente

de que los labios se sanan

Y probablemente más

adelante se volverán

a agrietar.

Y si dicen que tu camino

y el de tus labios ha de estar

lejos de la chimenea

y bajo los copos de nieve,

aunque con certeza

tú sabes cuál es tu camino.

Y  sabes que tu piel,

tu calor y tus palabras

acabarán reconfortándote.

Acabarán fortaleciendo

tu vida y tu camino.

Tu nevado sendero.

 

 

Nieve oscura

 

Nieve oscura,

el barro acecha.

¿Y yo cómo

me orientaré?

Si ni la nieve es blanca,

y me hundo en

el barro.

¡Oh, sabia naturaleza

qué pondrás las cosas

en su sitio!

Y a mí como

también soy cosa,

a mi sitio me llevarás.

 

Camino contigo

 

El lugar imaginario,

que me le acerco por la ruta real.

¿Y sin brújula objetual

cómo me orientaré?

¿Oh, acaso mi corazón

es mi brújula y mi

pensamiento las herramientas,

la técnica para andar por la ruta?

Pero siempre en compañía,

de mi mismo y de mi familia,

de mi mismo y de mis inquietudes,

mis placeres, mis yoes.

pero sobre todo contigo

mujer qué me enderezas

siempre que titubeo,

qué me enderezas hasta

cuándo no me doy cuenta

de que voy por la ruta más larga.

 

 

 

¿Sin sentido?

Y desde la cima

desciendo al corazón

de la tierra.

Donde hasta las flores

tienen intención de

cantar para que su vida

y las otras vidas

pasen por sus dolores

más airosas.

Y después de cantar,

¿qué cabe esperar?

Que la batuta de cada cual

marque el inicio de su

propia melodía

sensual y amorosa.

Y así se seguirá

intermitentemente pero

sin interrupción

hasta que alguien

llamado aliento vital

quiera dejar de soplar,

de exhalar, y que

ya los tiempos de los

tiempos no tengan

ni más ni menos que

la nada, que ningún sentido.

 

 

Cómo piedra inquebrantable

 

Y cómo una gran piedra,

cómo una gran piedra inquebrantable

Me gustaría que fuese mi tranquilidad.

Pero no, soy ahora sí, ahora no.

Qué angustia, qué felicidad.

Y preguntando y preguntando

a conocidos y desconocidos

que pueblan mi mente

me dijeron:

No dejes nunca el verso,

que la pasión por lo apasionado

y el odio por lo odiado

no te dejen, y si se intentan alejar

canta desgarrado a voz en grito,

cómo un perdido trabajador

que se haya quedado sin nada más

que sus emociones y su voz,

y el calor que estos le desprenden.

Y a continuación sigue llorando, tanto

de felicidad, cómo de desesperación.

Pero más de felicidad.

Más.

 

 

Concierto filarmónico

 

E íbamos de paseo hacia un

principio con final.

Una vez sentados

por nuestros poros

brotaba la impaciencia.

Y de pronto los violinistas

se sentaron y más tarde

el sonido de sus cuerdas

nos hicieron estremecer

de sentir.

Y mientras la música me/nos

embargaba, soñaba

con tener ese recital para

nosotros solos, mientras

nos amábamos como

poseídos por semejantes

melodías.

Pero dada la situación,

nuestro éxtasis era sólo

(y ya es mucho) dado

por la orquesta en acción.

Y esos momentos ya no eran momentos

morales, en esos momentos

no se podía actuar.

La razón práctica quedaba

paralizada, como muerta.

Y nuestros Yoes se conectaban

con la melodía

y la armonía sonante,

cómo si de místicos se tratase,

y dicha melodía fuese

el logos ordenador de

la realidad.

Realidad que no nos dábamos cuenta si la vivíamos.

pues yacíamos flotando entre las notas.

Yacíamos.

 

 

 

Yendo

 

¿Hace cuánto tiempo

no subo y descanso

en el que para mí

sería EL ÁRBOL?

Y desde arriba me imagino

que los puntos que son

piedras, en realidad

son personas vistas desde

un monte. Y yo desde

desde arriba y sin ganas

de dirigirlas. Y yo desde

arriba, pero sabiendo,

qué superior e inferior

ya no tienen sentido

en un mundo en el que

todos gozan y sufren,

aman y odian, y

sobre todo en un mundo

en el que la masa moldeable

ya no se acuerda que está

formada por individuos

suficientes, y va obedeciendo,

pero va, ¡¿Pero va!?

 

 

 

Amando y/u odiand

 

Cuantas contrariedades

en los sentimientos de los seres.

Ya que las flores si

pudiesen devorarían.

¿Y para aprender a amar?¿A

odiar simplemente lo justo

y  necesario?

¿A probar de comer

trigo sólo cuando

estoy hambriento?

Y lo otro dejarlo para otros.

sin agradecimientos

usar parasol o paraguas,

en caso de deshidratación

o de inundación.

Y siempre amando u

odiando. Amando y odiando.

Dos caras de la misma

moneda,

Si no pregúnteselo al niño

y a los padres del niño.

Cuánto te queremos y cuánto

me irritas.

Y sin solución lo mejor

es la mar, el mar, el

susurrar de sus olas,

la salazón y ese horizonte

lejano, atrayente

y cautivador.

El o la, horizonte

o línea del fin

del mundo, del

mundo desde nuestra visión.

Del mundo de nuestros

antepasados.

 

 

Pájaro cantador

 

Sonidos que penetran,

imágenes que emocionan.

Pájaro cantador, ¿a quién

le cantas? A tus días felices

o hambrientos.

A tu hembra que así mismo

te canta a ti.

A ese descanso que puede ser

el dejar de sentir y oler.

Y que el reloj que es nuestro

corazón deje de sonar.

¿Y reloj por qué?

Porque la vida son nimiedades

temporales entre los vuelcos

emocionales de nuestro corazón.

Y así podemos cantar a

una alegría, a una desgracia,

pero más alegrías, y al fin

ya no queda ni el tiempo.

 

 

Camino de los tropiezos

 

Camino por el sendero

de los tropiezos, sin llegar

a herirme.

Doy saltos cada vez más costosos,

y a priori peligrosos, pero sólo si el

a priori es falso.

Ando despacio fijándome

tanto en las flores, como en las

casas de perros nerviosos.

Y la cuestión es que poco

disfruto con ambas cosas, sobretodo con los perros.

¿Quizá porque el camino está

acabado antes de descansar?

Yo soy mi camino, yo

soy como lo que me proyecta

la flor, y también como lo que

me proyecta la porquería,

una viva y la otra muerta.

Como yo, ahora vivo,

y al final del camino muerto.

 

 

Conmigo y sin mí

 

Navío navegando,

aeroplano volando,

ciclomotor rodando,

y yo a pie, conmigo y sin mí,

distraído y concentrado.

Pensando en mí y en ti a la vez, en ninguno

de los dos con minuciosidad.

Y cuando sueño, sueño en viajar

por los mares,

viajar por el aire, o

viajar por tierra. Pero

moverme ya que la movilidad es vida.

y si algo creo que quiero

hoy por hoy,  es vida.

 

Entre amigos

 

Libertad para cuatro

en la ciudad en tinieblas.

Entre aromas, risas y complicidad.

Y pudiendo pasear se pueden

observar seres, como seres

nos pueden observar a nosotros. Y

cómplices como padres y como amigos,

y cómplices, buscamos con el estomago satisfecho

la melodía que alargue las horas entre

humo difícil de soportar. Y no paramos de

darnos las gracias, por ser una sociedad, sociedad en este caso

nocturna. Sociedad en lo que queda de velada de cuatro

y  mañana de seis.

Y ya sabemos que en este caso

el mañana cuanta más que el ahora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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