Las obras de arte, deben ser funcionales para trastocar los cimientos de la sociedad. Los artistas aun proponiéndoselo, a veces no llegan a tanto. Otros, sin intentarlo, con una estética que va más allá de lo permitido por la sensibilidad de la población, trastocan muchos cimientos, de muchas creencias estéticas. Cómo he repetido varias veces, la estética, es con lo primero que se topan los sentidos del individuo. Tocas algo, y te gusta o no te gusta. Ves algo y pasa lo mismo. Lo mismo ocurre al escuchar una melodía. Después, cada cual sacará su mensaje ético y moral, a partir de su gusto estético.
Pero volvamos… un arte, que no haga pensar, que no cuestione la sensibilidad del espectador, ¿tiene sentido? No, no tiene sentido.
La idea principal de un filósofo como Nietzsche, es que la relevancia y a lo que se ha de volver es al arte dionisiaco, o sea al arte místico, irracional, impulsivo, etc, etc… la razón en el momento creativo, poca influencia debería tener.
¿Por qué se debe tratar tanto el inconsciente? Porque es pasión pura y riqueza estética. Es puros sentimientos devastadores para el sujeto, pero también, a veces, por sentir placer, e incluso, debido al placer todo sé vuelve dolor. No soy religioso, pero los místicos tienen todo lo que se ha de tener para ser un buen creador, imaginación e irracionalidad sumamente desarrollada. Pero no poseen la parte provocadora que hace y ha hecho falta siempre en el mundillo artístico.
Recomiendo la lectura de “El origen de la tragedia” de Nietzsche, texto revelador, que puede marcar muy bien el camino a creadores despistados, que más que creadores son técnicos.