Extensos días inversos,
interviscerales, coloridos
y herméticos…
Diríamos… somos mucho más que tres,
somos, un espíritu subalterno
de lo inquilino, oxidado por unas venas
y unas arterias de ritos e imágenes.
Letargos o liturgias.
Dios pasión…
Dios sexo….
Cuándo…
¿Después?
Tú abierta…
Mientras las fantasías sin límites…
Más la trinidad sagrada en los mares oscuros.
La montaña sensorial…
Diámetro vs diapasón…
Entonces, la viola emite un gemido…
Bulgaria, ¿Cuál es tú sexo?
El de la inquisición,
la intransigencia ante la mierda…
No podemos concluir nada.
Piedras influyentes,
todo es historia…
Y además acaba en política…
La memoria… traicionera…
Simplezas acusadoras…
Rocas, gentes insanas,
el sol ayuda…
Deambulando miro,
oigo sin entender,
¡Aquí no hay mirlos?
En casa, ¿los hay?
¿Existe el hogar?
¿Acaso algún lugar es mi casa?
Correspondencias, situaciones
congeladas…
La visceralidad, a veces
ayuda, otras lo hace el raciocinio…
Cuando el ambiente fétido
deambula por mis fosas nasales, los impuestos
y elixires advierten de su falta de gratuidad,
ingerir…
Subyacer….
Estampar y dormir.
Complejidad absorbente,
detritus solemne,
inclusivo,
dramaturgia y caricatura global,
ejemplos, estampas y límites
intersubjetivos,
el antes, la línea absorbente…
idiosincrasia…,
nivel máximo de incoherencias.
La relatividad
es mi ideal de vida….
Y eso que no soy seguidor de Einstein…
Soy más adepto a Eisenstein…
Sin adaptación al régimen…
Los regímenes políticos y dietéticos
los conocen bien los búlgaros y no por elección…
En cambio… al cambio no sale nadie ganando.
La vida…
¿Algodones?
La inquietud incesante, mientras…
Flotando en el aire,
Las melodías quieren llegar…
Y ya no hay ejemplos varios internos…
La levedad me lleva.
Relaciones difusas…
No hay summun…
Habemus detritus…
Entre el ir y venir…
Algo de placer entre
rocas y humedades…
La incipiente fluidez
del diapasón sentimental…
Somos dispersos…
Aquí está el encuentro:
- Un poco más suavecito, amor…
Subalternos…
Las vacaciones frescas,
el elixir y la demencia de lo incomprensible.
Remaches o aberturas,
la situación y el contraste…
Sin alucinógenos…
Creatividad…
No hay ejemplos sobrevalorados
válidos…
Las conclusiones, sin afectarme
me llenan…
Sin luz ni escaleras ascendentes…
Como la película:
Mi, tú, yo, contigo.
Ímpetu armónico,
la disidencia,
el anonimato…
Ya no hay facultades, la irascibilidad
entre rocas se difumina…
¿Cómo?, ¿Por qué?
¿El tiempo pasa?
No estoy seguro…
La irrealidad conjuntiva…
Cuando ya no sé le hace caso a la geometría…
Todo son factores…
Ideales…
Impresentables…
Neurasténicos y
limítrofes.
Remember…
Yo no… alfabeto
cirílico… en el límite
sonoro…
Por y contra…
Sección transversal en
vuelo picado…
Contra la incertidumbre…
Alguien cantó: todo cambia…
No sé si es cierto, pero la cantante
poseía una voz excesivamente atractiva…
Desborde elemental,
mar violento,
Almas irascibles…
Caminando,
réquiem por los no pensantes,
excusas como dolores…
Repetición extra.
No hay inquietudes inválidas…
Estentórea manipulación instrumental…
Cómo me gusta el sonido del violín.
Re, como nota…
El gris es un color más neutro…
Cuándo se deja de opinar, se
deja de ser sujeto… entonces…
Solo llenan las humedades y el rostro, más arrugado…
Degeneración entre acantilados
y corrientes submarinas…
Y me pregunto:
¿Cómo puedo opinar si la comunicación es nula?
Solo me queda soñar.
Si el alfabeto cirílico
fuese un progreso de la
humanidad,
si las costas del Mar Negro
fuesen únicas…
No creo en Nostradamus…
Pero las intuiciones
y el saber a veces son lo mismo.
¿Qué intenciones globales pudren la atmósfera
y las ilusiones…?
No hay nada como creerse
cosmopolita.
¿Acaso alguien lo es?
Retrógrado=decadente…
La línea que no divide,
imaginaria…
¿No había caído el telón de acero?
Todavía… cuando no hubo después…
Corrupción y miseria…
Suerte de poseer un carácter como
el del Mar Negro.
Interno, sustancia…
Excentricidades…
Como madriguera,
sin ritmo ni luz,
los pasos discontinuos,
qué díscolo…
Enjambre, golpes
del diapasón.
La inquietud amiga…
La esperanza escondida.
¿No existe lo siniestro?
Buen título para un
largometraje dark…
Lo que no me interesa,
ni veo, pero todo sin
blasfemar ni renegar…
Esperando la línea, ¿con o
sin final?
La irresistible pasión del
Mar Negro.
La realidad, a veces, es de colores,
Otras alcanzan la penumbra particular o global…
Y cuándo ya no haya
sentimientos vagos,
Todo acabará siendo contraproducente,
cómo cualquier medicamento, pero quizás
sin efecto sanador.
La nitidez vs
la ofuscación histórica…
Los elementos disparejos…
Las personas pudieron ser aunque también…
Cuánta abstracción y
qué poco comprendida.
Relampagueante
visita…
¿Sin tono certero… el son?
Mientras, mucho pop…
El problema es que es
de tipo aborrecible…
Cuando son latentes las penurias
se percibe por la posición de la cabeza…
Hundida y con la mirada al suelo,
la política, en estos momentos,
molesta por los vicios próximos y modernizados…
Ya que es la mayor corrupta…
La rótula,
rotura parcial, inconsistencia ideal…
¿Dónde se fue el dolor universal?
Va y vuelve.
Conciso y subalterno.
Ratificar singularidades,
ya no existen las convenciones apolíneas…
¿Alguna vez existieron?
Toda razón surge se la sinrazón…
O lo que es lo mismo de nuestra
parte irracional…
Comprendiendo…
Quizás sea al menos ahora,
resolutivo o utilitario.
Trazos grotescos…
Qué cercano está el esperpento…
Y no hay terapias verbales ni compuestas de forma de las
antipulsaciones atonales…
Melodías quebradas…
¿Qué parte de mí parte
comparte la luz…?
Exentos de objetividad… ¡exclamamos!
El retorno…
Sin renacer, ser ecléctico…
Trascendental…
Como verso inverso…
Como metáfora insospechada.
Lo útil…
Subjetivo…
Contemporáneo…
Por lo tanto y
aunque parezca mentira, cosmopolita…
Nada más tiene sentido.
Entre gimoteos
y sonidos provocadores,
rodeo cualquier estancia,
ya que todas pueden ser mías…
Y ninguna puedo poseer…
Cómo una gripe o un beso…
Es cómo kilómetros de superficie siempre comparados
con los de un loft… ¿quién habita a quién?
Los límites han de ser concretos
mas ilimitados… ¡qué paradójico!
La arquitectura del este, también ilimitada, en cuanto
a pretensiones, como
las personalidades vacías de contenido…
Sarpullidas por la oscuridad.
Réquiem…
Los límites han muerto…
Sociedad corruptible…
En, él, sobre la distancia…
Velocidad…
Pensamiento…
Descanso.
Cuándo el marco no enmarca…
Y las emociones rebosan…
La luminosidad… Diáfana
Y dispersora…
Intereses…
Mediador intelectual…
¿Acaso el artista se parece
al empresario?
Exclamar y digerir…
Me gustaría acariciar
tus muslos extemporáneos…
El filling escarba en la mujer… Mi mujer…
La eternidad, al menos ideal… De las ideas…
Por nuestra sangre…
La sangre.
Ciudad enclenque, sin abusos,
rajando arterias. Las sustancias
elementales llegan, las psicosis
escondidas aparecen.
Luces cegadoras, neones,
cuando un anciano le da grano a palomas
Ilusorias… Y aunque quisiese tener un criadero, solo
les hace fotos
y empapela su calle con ellas… Quizás
tape a los neones.
Cuándo… La dureza…
Vidas sin pausa,
locomoción y esperpento.
Hay necesidad incluso cuándo no la hay.
Rapidez,
concreción…
Inmediatez siempre con
el tic tac del
diapasón.
Las reliquias…
La muerte…
El sinsentido…
La relatividad cuándo
todo vale…
La armonía utópica…
Las similitudes paradójicas…
Los límites…
Sugerencias grises,
pueblos no íntegros…
La realidad…
Su realidad…
No hay verdad palpable.
Retrógrada y torcida…
La vida…
Miserias compartidas,
el exabrupto
de la superficialidad…
Absurdidades diversas,
¡no hay sociedad!
Pensemos aunque cueste
y canse…
Relativo a la
mediocridad
y la necesidad dinámica…
La vida.
La élite paradójica…
Su bien pasar…
Sin summun ni habemus…
Metamorfoseado…
Inexistente y vulnerable…
Solo contradicciones internas,
¿o interinas?
Realidades inversas,
económicas+ sentimentales…
Ingresar en ámbitos absurdos.
Malas caras…
Infortunio aunque con
parsimonia, ítem…
Lo consciente proviene del subconsciente…
¡Países atroces!
Relax fundamental,
La heterogeneidad,
como si fuese volcánica…
Irradiaciones,
columnas estériles,
¡y la paternidad!,
desgaste histórico
que infunde derrota,
en etnias descoloridas…
Aunque todo quiera ser semejante,
nada lo es.
Realización heterogénea…
¡No existe la democracia!
Pienso al visitar Sophia…
Los descartes a veces no se convierten
en ausencias.
La practicidad delata los ámbitos erróneos
teóricos…
Ideas inconexas
se arrastran por la ciudad.
Promiscuidad verbal…
Íntima y personal,
en cambio…
El cemento canta,
y sus caminantes lloran…
Ya no hay elixir ni tierra
de nadie,
entre agua dulce
y agua salada.
Sin sed y con necesidades.
Relativo y experimental,
Versos diáfanos…
Cómo tus calles,
sensaciones promiscuas…
La vida, entre los reinos
absurdos, mentales y existentes.
Historia, la traidora…
Restos, la indecencia histórica…
El entrelazado sentimental,
cuando la esencia plural naufraga,
la sencillez ausente,
y sin idolatrías,
¿qué sería de nosotros
sin los manuscritos brillantes?
Claridad vs insignificancia…
¿Ley?, ¿no hay leyes válidas?
Los regímenes aunque
sean abiertos… siguen siendo regímenes.
La inutilidad
del ser comunitario…
Cuando la historia le golpea,
impidiendo libertades comunicativas,
aunque sean desde la ignorancia.
Cuando el ritmo desacompasado,
reconduce las situaciones equívocas,
en un espacio y un tiempo largamente
conocidos… La vida como detritus…
El amor como aire positivo y refrescante.
La candente llama
circunstancial…
Calles bomba para el espíritu…
Cuándo no hay razón de ser,
hemos de encontrar una que nos haga
palidecer del todo…
La llama brota…
La elegía se aproxima…
País sucumbido.
La inmersión en lo desconocido,
cuánto mercado libre,
sin haber libertad de mercado…
Paradoja= vida,
Instintos= muerte,
Como invenciones irreales funcionan
las mentes universales inexistentes.
¡Joder!, más contradicciones,
luego más vida.
Una propia
sinopsis voluntaria
al defecar…
Los instintos vs el dejar pasar….
Pueblos contradictorios,
regímenes decadentes
y asesinos, dónde abunda
la paranoia y el después
del después…
o… y…
el único círculo de la vida.
Como babosa por lo suave,
plenitud devoradora,
insurrección sumergida
en concreción…
Giro de 190 º,
el peso del tiempo contraproducente,
la insidiosa levedad del sinsentido…,
Lo retrógrado es vomitivo.
La urbe inusual,
el elixir dionisíaco
frente al ascetismo
positivo…
Sociedad desequilibrada,
interregno de la franqueza
ética y censuradora.