Heidegger escribió el tratado: “Ser y tiempo”. Sartre escribió: “El ser y la nada”
El ser y el tiempo son dos conceptos que pueden estar emparentados. Heidegger quería investigar sobre el ser, conocerlo, llegar a él, pero no sabía cómo hacerlo.
El ser es un concepto a temporal. Todos los grandes metafísicos vieron al ser absoluto como Dios, que es ingénito e imperecedero. Por lo tanto, la noción de tiempo, no tiene sentido en su caso. Para Tomás de Aquino, del ser divino participamos todos los entes. Poseemos el mismo ser pero de diferente manera. Si participamos del mismo ser, ¿nuestro ser también debería ser atemporal? Para llegar a conocerlo, bajo mi punto de vista, debe de lograrse en momentos de intensidad y concentración, que no sintamos nuestra materia, que todo en el individuo sea individual. La forma tanto puede ser mediante meditación o durante la creación artística.
Con respecto al ser y la nada son términos opuestos, que sea incognoscible no significa que no exista. El ser es el contenido del recipiente que somos. Lo llena de sensaciones y sentimientos, cómo ser único e individual, aunque luego podríamos estudiar si realmente somos únicos e individuales.
Los dos grandes metafísicos del siglo veinte, Heidegger y Sartre, con sus potentes pensamientos otorgaron la relevancia que se merece a la noción de ser. Término que se debería estudiar a fondo tanto teoréticamente como en la práctica, o sea mediante la metafísica, o mediante la meditación o la creación, siendo conscientes de a que nos aproximamos en ese instante