Aprendiendo,
Respirando irremediablemente.
¿Dónde queda mi/la lucidez?
En la víspera de la
gran fiesta elíptica.
Declinar positivo.
Declinar sustantivo.
Mientras moldeo
El objeto
me responde.
Mas no lo acabo de comprender.
Cortocircuito de impresiones.
El amor.
Sintaxis sentimental.
Hasta el post mortem quiero
dialogar.
Aquí y ahora.
Aquí y en este segundo.
Despertares,
Después de sueños caóticos,
olvidados como imágenes,
la nada, como sonido,
el grito de alguien.
Cercano o lejano
cuya faz desconozco.
Cuya faz amedrenta.
Humanidad
imprevisible,
¡No hay humanidad!
¡Hay individuos
qué viven o malviven!
Qué se juntan
mas están solos.
El martillo de la soledad
les une.
La concupiscencia une
y separa.
Placer de todos.
Placer de nadie.
Templanza inundada
de intemperie entre
controlada y desbordante.
A continuación un gran chillido.
Me estiro hacia
arriba, y no sé
dónde llegaré.
Luego me encojo
cómo cucaracha
perdida,
para volverme a
estirar repleto.
Y como Dios, hablando.
Control instintual,
por mis impulsos
sobrevivo.
¿Dónde está mi razón
si solo estoy hecho
de versos?
Metáfora andante.
Metáfora objetivadora.
Conjunto en dirección
única.
Deambular pausado
mas no personal.
Contradicciones con
el existir.
Sujetos sin retorno a sí
mismos.
Concretar aspectos
colindantes en
una vida compuesta
de circunstancias.
Amar, coger
la vida con
los sentimientos.
Encuentro causal.
Vamos a hacer
el amor en el lecho
de la eternidad.
Mi poiesis:
elaboración material
del espíritu inmanente.
Salto, saltos, salta,
al líquido reparador
de óxidos interiores.
¿Cae del cielo?
Entra en las células
como simiente reproductora.
Estruendo, golpes, ruido,
quizás son sinónimos.
Mientras vivo me
alimento de vida.
Mientras, voy muriendo
poco a poco.
Hasta llegar, ¿a dónde?
A las puertas del ocaso.
Mi cuerpo se calienta.
¡Y no es verano?
Curvas alternas,
noches grises,
sensualidad, demasiadas
pocas noches compartidas.
A la venta está
mi espíritu.
Quizás no lo quiero.
A lo mejor sí.
Voluptuosa,
tu sensualidad
despierta pétalos marchitos.
Y tus arrugas surcadas
por esfuerzos de oro
te masturban el cutis
de respetabilidad.
Siempre siendo una.
Siempre siendo tú.
Tú simple.
Tú compleja.
Las contradicciones valen la pena.
Corrección conceptual.
Las palabras ya no
me sirven para
describir el éxtasis
emocional.
El orgasmo facial que
me provocan tus
caricias en mi cabellera
casi virgen.
Casi siempre, es década
tras década, sin descanso, con placer.
Por los siglos de los siglos.
El piano.
Cuerda,
tono,
tranquilidad.
El piano,
absorbido
por la intemperie
de su radicalidad
atrayente.
Entre actos,
y se me ocurre
asomar la cabeza.
Entonces quizás
duele.
O el cosquilleo
es como el de
la hormiga en
la planta del pie.
Y sin dejar de pasear.
Leí,
absorbiendo.
Los versos
lo expresaban todo.
Quizás yo ya, después
de esto, no pueda expresar.
¿Tú lo intentarías…?
Thanks, lo intentaré.
Corrigiéndome
intento dialogar.
A veces el brochazo me habla
otras no.
Mas siempre quiero
en color.
Aunque el blanco y negro
también me sirve.
Diálogos inter comunicativos.
Palabras inocuas,
inservibles mas
controlables.
Silbando dialogo
y paseo conmigo mismo.
La imagen inunda mi mente.
Voy en dirección al
Contraste entre el yo
Y el super-yo
Humedad doliente.
Recorro tu sonrojo al ritmo
sordo del placer.
Quién es sordo, ¿el placer
O los amantes?
Quizás el placer no habla
pero se siente.
Imágenes que golpean
como racimos de seres
imperfectos.
Y recorriendo el círculo
que es una vida siniestra
mas placentera,
vuelvo a mí.
Ruin ociosidad
imprescindible,
el cultivo del alma.
Intransigencia ante
las ineptitudes de
mi cuerpo,
que siente sin
prisas, con pausas pero sin
desearlas (las pausas).
In crescendo…
Como la sinfonía
que me cautivó,
entre tragos,
besos, e indiferencia
ante la vida.
Abstracción de ideas,
como si mi razonar
fuese como una
pintura de Pollock
= a locura.
Y si una flor…
Y si un suspiro…
Y si dejar de vivir…
Al ritmo del mejor be bop,
en cuerpo y alma
una totalidad insignificante
por su complejidad…
Imaginad el mal o el bien
interpretado en el cosmos.
La vida, quizás es,
una corrección no
moral,
sino epistemológica.
La muerte, quizás, es estética
por su belleza,
por el silencio
del color.
Entre curvas
y líneas rectas
trazo.
Entre sabores y
repulsiones
existo.
Conjunciones
son el camino,
conjunciones de
impresiones.
Leí a Verlaine,
y sentí.
Comí queso cremoso
y quedé satisfecho.
Amé sin restricciones
y me quise más.
Iluminación que
da contrastes aconsejables
entre un blanco
demoniaco y un
negro celestial.
¿Dónde fue el mensajero
entre Dios y los hombres
que nunca me lo he encontrado?
Aquí está, en imaginaciones empíricas portentosas.
Cremoso ungüento
instrumental.
Todos somos
instrumentos de y para
la vida, aunque
acabe faltándonos.
Como un lamentable
lamento de la que queremos
que fuese,
Va y se escondió.
Tú presencia,
como esclavo me…
Y al deambular,
expresión en ese caso
equívoca,
ya que deambulo por tu
cuerpo, oloroso como
melocotón maduro,
intocable como imaginación
en el huidizo mar.
Exactitud, cuando la concentración
abarca el clímax
de la conjunción
de carne y espíritu, donde
recíprocamente
uno otorga placer
al otro.
Sediento, sudando
por los poros
de mi imaginación
por los que salen
imágenes de colores,
abstracción donde
su realidad es mí
realidad.
Como diría un pensador
inconcreto, las proyecciones
del alma se reflejan en el
alma misma.
Pensamiento de pensamiento.
Retahílas,
versos
melódicos mientras
bebo el coctel
de la madurez inmadura.
Sangre de mi sangre.
Como descendiente
creador de la ilusión
carnal.
Estoy estático,
y parecido a un muerto ando sin andar.
Y el hedor
entra por mis
fosas nasales.
O lo que es lo mismo.
¿Siento placer o displacer?,
luego mi yo responde
por mis sentidos.
¿El pensar es un sentido?
Incorruptibles
como seres que no degeneran
ante las más profundas
adversidades
y comemos y crecemos
sin moral y rechazando
políticas adversas.
Como comunidades
entre individuos cómplices.
Cruz,
y mis espaldas
livianas…
Punto, la continuación
se da naturalmente.
Es la existencia.
Es el pasar.
La línea recta
nunca llega a estar
derecha.
Yo la piso
y me tuerzo.
Yo la piso y como
en un sueño
me sobresalto.
Conjunto,
concéntrico e
irresuelto.
Yo igual a tu tú.
Persona.
Pasión.
Y sigo.
Caigo.
Estrujo.
Compongo
y perezco.
Santísimo
incognoscible,
deletreo soluciones
a problemas
trascendentales.
La X.
La Y.
Igualdad diferenciada.
Por la forma ya que
el contenido es
el mismo.
Ejemplos,
complejidades históricas
y étnicas.
Somos la
tribu mundial,
la del verde y
el mar.
Ruindad
en las aceras,
no existen sombras,
portento de impermeabilidad,
siguiendo,
sin conocer mas siendo
sabio.
Olores parsimoniosos.
Deletreando el infinito.
Adjunto,
fichero insustituible,
incrustado en mí
sentir
y como contradicción,
odio tener
odio,
aunque también
es sentir,
con números
negativos.
Por ese camino se deja
la vida.
Coacción,
existir por una causa.
Deletrear la vida
como si fueras
la carta inquebrantable.
la que te explicase
el entramado
de una relación
sin incógnitas.
Verdes,
tonos,
preámbulos
al placer sensorial.
Jauría de sentimientos
incontrolables,
urgentes,
inconciliables.
Con una subjetividad
sin límites.
Corrosión sinónimo
de fechoría.
¿Objetiva o subjetiva?
La experiencia en proximidades
lejanas responderá.
Vestido como si fuese
lunes,
siempre festivo.
Siempre al límite.
¿Cuándo dejaré mi adolescencia
en mi querer y mi sentir?
Visión vital,
corroída por la
pasión,
necesaria e insustituible.
Llamar, aunque
estemos con nosotros
mismos.
Contestar, incluso
cuando la pregunta
venga de nosotros.
Entonces, contestar
¿es de vital importancia?
Poema clásico.
Soy como el viento,
libre, fresco o
caliente.
A gusto con su propio estar.
Poniéndose la vida.
Lentamente,
me inquieta,
me absorbe
este avanzar
o retroceder.
Puntos de vista,
aflicción ante
desconocidos.
Oscuridades como
la vida misma.
Ríos de incertidumbre,
mientras,
(con todo el
significado que
conlleva),
soy, entre líneas,
de una historia singular.
Si me
asemejase
en sabiduría
a Leonardo,
no vería el mundo,
sería el mundo.
Indisciplinado,
caótico e
insustituible.
Correcciones, aunque
sean
simples contradicciones,
pensamientos que
conforman, ¡no!,
que extraen
mi sentir.
Melodía,
camino hacia
el vacío.
Como tiempos de
teleología
me retuerzo
por mi destino
improbable.
Crujir,
bálsamo
del placer
entre suspiros
y roturas.
¿Dolor?
¿Placer?
Equivalencia entre
la historia y
la realidad,
todo ello
meramente subjetivo.
Tu realidad.
Su realidad.
Vuestra realidad.
Amén.
Resbalo por la vida.
Mi vida,
deambula,
es sustituible,
trascendente.
Mi vida,
pura disconformidad
en la carencia de lo
global.
Estamos,
como las lunas
que no vemos,
seguramente
brillantes mas
con ausencia de
cognoscibilidad.
Melodía.
Mar próximo,
huelo a humedad,
alimento.
Bienestar tumbado
sobre púas.
Dolor vs placer.
Placer vs dolor.
No hay ganador,
se complementan.
Di una vuelta,
y todavía sobre
la cama
mas con medio cuerpo
flotando sobre el abismo,
me sigo sintiendo,
Impertérrito.
Me obligo a sentir
como me siento,
sin escaparme, y aun
así, a veces sin encontrarme.
Ruido,
Ruidos.
a veces poco
importa si utilizo
el singular o el
plural,
si el dolor de cabeza es global.
Belleza,
crepúsculo,
se piden sensibilidades
modernas.
La belleza de lo áspero,
equivalente a la belleza
de la vida, marrón
o incolora,
y siempre en su trayectoria.
Tecla in crescendo,
nota.
Silencio,
vital,
en una melodía.
En la existencia de un
tono musical.
Soplando,
atraigo vida,
sediento bajo el jugo
de la mesura.
Creando. Inspirando
calor, extraigo
y expulso instintos
desprovistos de
neutralidad.
Vida en forma
de brasas,
que ponen el cuerpo
como hierro
moldeable.
Cuerpo no mente.
La mente debe ser siempre
singular,
crítica y sabrosa
en cuanto a su relatividad.
Discurriendo,
si eso es aun lícito
en el siglo XXI.
Llego a la no conclusión.
Soy un ser
estético,
y como en la ciencia,
todas las hipótesis
son refutables.
Dejo otra opción,
soy simplemente sexualidad,
y aquí quizás
se nota que he leído
a Freud, y para
ser algo más original,
soy creador desde la nada,
y sin parecerme a Dios.
O eso espero.
Amén.
Rodear.
Cintura, tacto,
pieles escalofriantes.
Me siento, te siento,
espero que tú también te sientas.
Entre crisis dialogantes,
entre crisis financieras,
somos,
y el verbo
nos pertenece.
Creador,
metáforas que son imágenes.
imágenes sin tiempo,
con espacio ficticio.
Mente abstracta dónde
el verde no existe,
dónde el sentir es pura reacción.
Abemus contradicción.
Sangre y tacto,
placer e inconsciencia,
naturaleza de cemento,
yo sin mí.
No me reconozco.
No estoy en mi lugar.
No quiero dolor.
Ni más ni menos,
sentir como si siempre
sonase aquella melodía.
Viajes, giros
para no recordar,
O no dejar de vivir.
La memoria sobre
algo que acabó.
Siempre muerto.
Siempre pasado.
Canto al aire y a la vida,
cómo si un Nietzsche creador
corriese y se quedase
irracionalmente por
mi sentir.
Silueta,
mi perfil.
el bueno,
no hay un igual malo,
mas mi óptimo estado
acaba siempre en algo
parecido a la decadencia
entre laureles,
entre espinos.
sangro y dejo sangrar,
corrijo y dejo corregir
y si añado a ese corregir
los pronombres me o te,
la palabra gana en concreción.
Algo que quizás me falta.
Providencia,
si hay dioses
quizás no me respondan.
Corriendo,
absorbiendo impresiones
en forma de sombras
detalladas de rostros.
Me hablan, no respondo.
Deletreando sílabas eróticas,
me to cas, me mu er des,
me des con tro las.
Idealidad de comunidad.
Comunidad de dos, entre dos.
Equivalencia entre 1 y 1.
Falsedades recíprocas.
Línea, curva ascendente.
Sudores que elevan
la autoestima.
no hacen falta camas,
no hace falta amor
para vivir.
¿Y si los cielos retumbaran
cómo sinfonía inacabada?
¿Adónde vamos?
¿Humanidades en el prado?
Humedad fértil.
Incolora reacción.
Las manchas del olvido.