Una relación tortuosa

No existían momentos determinados, todos eran indeterminados. No existía un hecho individual. Todo tenía relación con todo. Ella si pudiese también tendría relación con todos y todas.

Su ímpetu altruista y filántropo, estaba llegando a extremos peligrosos para su propio bienestar. Ya no pensaba en ella misma, ni en su cuerpo ni en su mente. Toda ella era para los demás. Incluso llegaba casi a lo morboso. ¿Cómo darse tanto y que no tenga algo sexual?

Pero un día. Mejor dicho, el día indicado, determinado, vio la luz. Fue a un concierto de Jazz. El saxofonista con su mirada, pero sobre todo por sus fraseos con el saxo, le transmitió algo que nada ni nadie le habían transmitido nunca. Ya no podía ser de y para todos, a partir de ese momento sería de y para el saxofonista.

Empezaron una relación, suave y ardiente los primeros meses. Caótica después. Pero se amaban y pensaban que nunca dejarían de hacerlo. Ella para gustarle se volvió a depilar el cuerpo entero, empezó a pintarse y se compró lencería provocativa. Él le tocaba el saxo siempre que encontraba una ocasión. Pero como  cada vez que pasaban una crisis, ella se descentraba, desequilibrada, vomitaba, lloraba e incluso ella misma se hacía daño físico.

Él al darse cuenta de la situación, desesperado, se sentía superado por los hechos. Durante las crisis siempre pensaba que cuando Ella se estabilizase la dejaría. Nunca acababa haciéndolo.

Se fueron de viaje, disfrutaron de la estancia en un hotel de Punta Cabana. Follaron mucho, bebieron y comieron bien. Disfrutaron y se relajaron. Pero ambos temían su regreso a Barcelona.

Cuando regresaron, tuvieron la pelea más violenta de su relación. Ella le tiró un cuchillo de cocina que le hizo un corte en la cara. Con seis puntos en el pómulo, el desesperado se fue de su casa para desaparecer y no volverla a ver.

De ella tampoco nadie nunca más supo nada. Seguramente se fue a un país africano o sudamericano, para salvar su vida.

Sí, no salvar a la gente del lugar sino salvarse a sí misma. Su altruismo era hipócrita, no sentía nada por nadie ni por nada. Ni siquiera por ella misma.

¿Se salvó o sucumbió ante la vida? Siempre fue más fuerte de lo que sus sentidos y sentimientos parecían decirnos…

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