Réquiem…
Estoy en enfado permanente…
Y mi aullido es auténtico…
Complejo,
profundo,
y desdichado…
Estamos cerca del fin de los días…
Estamos cerca de la explosión definitiva…
Y me obsesiono por diversos versos
de diferentes autores…
Creo y soy,
soy y creo…
¿El orden de los factores
afecta a su significado?
Sí, pues cada orden
me describe de diferente forma…
La indiscreción…
Frente a la indiferencia…
Somos, estamos,
sufrimos y nos jodemos…
El aquí y el ahora…
Superfluidad…
La línea a seguir es discontinua…
Estamos jodidos si para
narrar nuestra historia
tenemos que dar saltos
sorteando impedimentos…
La verosimilitud de los hechos,
la concordancia de nuestros actos…
Soy porque pienso…
Pienso para no morir…
¿Somos seres racionales?
O, ¿la razón es una ilusión
sin sentido ni particularidad
alguna?
El aullido, el grito al aire
estilo Ginsberg o Bukowsky…
La exclamación primigenia…
Canto a la mujer desnuda y viciosa…
Canto a la mujer sensual y paradójica…
Y la vida sigue…
Somos lumbre, ¿somos lumbre?
O la lumbre es lo que tenemos
que encontrar, es en lo
que consiste la vida…
Vida mísera, vida dedicada
al placer, carnal, siempre carnal…
Y los límites que se queden contigo, mi lucifer
particular, con cuernos y rabo
que vives en las tinieblas, entre llamas…
Las conclusiones generales no sirven
ya que vivimos en un mundo de particularismos…
El canto debería
ser agudo y contestatario…
Como mi vida…
Como la esencia de todo lo que se crea
digno de poseer.
¿Esencia…?
Y aquél, sale
huyendo con el rabo
entre las piernas…
Y mi super yo me abofetea…
Y yo enfadado con él,
lo ignoro, acaso
no es esta la forma de proceder
del conjunto de la humanidad…
Pelea, desgarro y frenesí…
Como si de una película clásics se tratara,
solo veo en sombras…
Ya que estamos en penumbra…
Nuestra era es la era
de la oscuridad,
y cuando un rayo intenta iluminar
se le contamina para que ilumine
lo que unos pocos generan…
La tecnología no es la verdad…
La vida inmersa en sus pequeñeces se cree
indispensable.
Indispensable no hay nada,
ni siquiera el cosmos.
Lo ilógica ambiental…
La desmesura espiritual,
que nos hace ser locos…
¿Quién está
cuerdo en este mundo
infestado por bacterias
desalmadas?
Yo soy uno, y tú,
Y el otro, y todos lo somos…
Que enfermedad tan mortal tiene nuestro mundo…
La simpleza debería abundar,
pero en cambio todos somos complicados,
y nuestro ego nos pervierte,
Ginsberg lo sabía al lanzar
su alarido a la nada,
al alimentarse de versos,
y alimentar con versos…
La situación, siempre paradójica nos
pierde en un mundo abstracto,
pero real…
En un mundo donde manda el subconsciente,
suerte que tuvimos a Freud que nos anunció
su existencia…
Y ahora todos intentamos trabajarlo…
Pocos logran controlarlo…
La maña, la situación adversa…
Las complicaciones amorosas…
El sexo que deja insatisfecho,
la mayor fechoría jamás contada,
y vivida…
La línea discontinua nos atropella…
Pero patina sobre nosotros,
¿seguro que la historia es lineal…?
¿Seguro que todas las líneas
son continuas…?
Lo dudo…
Dudo hasta de mí mismo,
imagínense de los demás…
Pero ante unas piernas de mujer, sucumbo…
Por las piernas de mi mujer me pierdo…
Aúllo…
Me recompongo, y golpeo…
El paso de la luz a las tinieblas…
Y luego de las tinieblas a la luz…
Es ese el camino de la vida…
No hay nada más.
Lo absurdo… la idiosincrasia
insufrible…
Soy un detritus,
como todos los demás…
¿Servimos para algo más que para criticar?
La injuria y la blasfemia, a veces
vienen bien para
el alma…
Otras veces los desechables nos invaden…
Todos podemos acabar igual…
La indisposición es general…
La línea a seguir incierta…
La mímica insalubre nos ilumina…
Y no logramos discernir lo que es el otro…
La ambigüedad conforme a nuestros
dogmas es insulsa…
Le canto a la vida pero
también a la muerte…
Ser fiel y pensante…
Ser gozoso y sensual…
No hay camino…
El camino se bifurca…
No sabemos cuál seguir…
La inconcreción es la verdad…
Lo sinuoso es la vida…
Compungido ante la sola idea de perder
mi cinismo…
Compungido ante la idea de estar
seguro de algo…
El aullido debe ser oído en todos
los continentes…
Desde casa con amor…
Desde mi pecho con ardor,
desde mi visceralidad con despecho…
Desde mi corazón con odio
hacia todo…
La vida cita, la vida dicta…
Y yo sin dejarme llevar, me dejo
llevar… y las líneas remarcables
ni se ven… somos nosotros
invidentes o ellas son invisibles…
Todo es cuestión de interpretar,
pero toda interpretación, es a la vez verdadera y a
la vez falsa, cada ojo,
cada mente, cada sentido que interprete,
lo verá desde su más pura subjetividad…
Su verdad será únicamente su verdad…
No habrá otras mentes que la comprendan…
Aunque crean que entienden…
La comisura labial…
Los pechos que gritan…
Los cuerpos que reclaman lo que es suyo…
¿Y qué es eso suyo?
La nada, lo efímero…
El orgasmo que es contingente…
¿Hay algo que lo sea más?
Pero el que algo quiere, lo
ha de buscar…
Siempre esperando que no sea
lo querido por otros…
No hay igualdades…
La gente se quiere parecer entre ella…
Pero no hay mayor error…
Por ello es útil ser
autodidacta…
Aprendes lo que quieres y cómo quieres…
Te formas sin pensar en nadie, sin demostrar a nadie…
Y lo más importante, sin competir con nadie…
Estoy en mi sitio, blasfemando…
Intento contraerme sin embargo
me expando, que no vaya a explotar…
Las líneas transversales se vuelven diagonales
y sin destino predeterminado…
Conozco el itinerario…
Y la absolución no será dada por mí…
La similitud con los otros es errónea…
La conclusión afecta a propios y a
extraños… aborrezco las lecciones…
Denigro de las incoherencias,
aunque yo sea el ser más contradictorio, pero
también el más real…
Las mentiras, lejos de mi hogar…
Los silbidos siempre han de ser de admiración…
Convengo y convenzo…
Tiro y padezco…
Siempre con la puntería afinada
mis versos hieren el corazón…
Y las manchas cutáneas son irreversibles…
Cada arruga un disgusto…
Cada sonrisa por un beso no dado…
Las concreciones similares a las inconcreciones…
Estamos en un mundo bipolar, no digamos
el de los individuos que lo componen.
La vida, la puta vida…
Arrecia. Y el vendaval
lejos de lo cotidiano…
O inmerso en mi existencia… Parece
contradictorio pero mi interior no es cotidiano…
Soy un tipo raro… Y reniego de la normalidad…
Ya que es aburrida, y no lleva a nada…
El punto medio es una utopía…
La ética aristotélica
lejos de describir la realidad, lo que
tendría que ser…
Pero quién la lleve a la práctica
se aburrirá tanto…
HIjueputa… necesito más viajes mentales…
Más versos abstractos…
Más imágenes inconclusas…
Necesito, calentura…
Pasión por el ser y por el estar…
Y qué difícil es en este mundo
de mierda.
Las situaciones varían,
pero yo soy el mismo…
Las canciones de siempre que
llevan a momentos concretos…
La mayoría con odio…
La minoría en paz…
Y recolectando suspiros,
cuánto desamor está en un aullido
como el tuyo Ginsberg…
Cuánto desampara en unos versos
como los tuyos, Leopoldo María Panero…
Los poetas son necesarios
en el mundo basura y superficial en
el que vivimos…
La desmesura afecta a todos…
Pero que sea una desmesura de sensaciones…
Darle placer a los sentidos,
de eso debería tratar la vida…
Propongo un hedonismo sincero
y global…
Propongo un canto siniestro y brutal…
Acaso lo sublime está
ya pasado de moda…
Lo dudo, aunque
yo dudo de todo…
Si no, no podría seguir viviendo…