La metafísica tiene sentido, es más es relevante para nuestras vidas de lo que parece. Pensar el ser objetivo y el subjetivo, es elemental para comprender tanto al mundo como a nosotros mismos. ¿Qué hace la ciencia sino indagar en ese ser tan hablado desde los egipcios hasta los presocráticos? Los egipcios en sus momificaciones intentaban contentar al ser… ya lo dijo Parménides, “lo que es, es, y lo que no es, no es”.
Parece una frase ingenua, para trastocó para siempre, todo el contenido, tanto de la filosofía como de la ciencia. Incluso el arte ha sido influenciado por la trascendental frase.
Pero cabe preguntarse, ¿es realmente el ser lo más profundo del ente? ¿todos compartimos algo de ese ser? ¿o el ser es individual para cada sujeto? ¿no es el ser para los humanos el adn o los genes?
Son preguntas complicadas de responder. ¿Cómos se puede conocer el ser de un artista? Con su obra. ¿Y el de un mineral?, ¿mirando su composición? Para algo tenemos la tabla periódica.
Si, realmente, todo ello fuese el ser de los individuos, no habría lugar para las sorpresas. No nos sorprenderíamos de nuestra pareja, ni hijos, ni animales de compañía.
Quizás, nos haga falta un pensador, que actualice la metafísica, dado que las comunicaciones y redes sociales pueden haber hecho variar algo, no sé si totalmente o parcialmente.
Lévinas argumentó la metafísica de la otredad. Falta hacerlo también con la idea del individuo monádico. El individuo monádico, proveniente de la mónada de Leibniz… pero público, al alcance de cualquiera, y pudiendo ser manipulado por cualquiera… ¿Qué otra cosa son las redes sociales?