Lejanía, latitud…
da lo mismo…
desorden ordenado,
camino en erosión, con
altibajos: aceleraciones
y frenadas, pero…
¿acaso no es una forma de
andar camino?
Deambular por los
callejones de la surealidad,
no hay límites válidos sobreimpuestos.
…cuándo la realidad comunal…
… cuándo el hampa sin camuflar…
la ciudad…
¿Las lecciones ofrecen verdadero
conocimiento?
Consumo excesivo de energía
durante las lluvias torrenciales.
Irrumpe la ciudad ante mí.
Siluetas inherentes mas existentes,
donde la lucha por la vida
examina a unos y a otros,
¿no deberíamos, simplemente,
contemplar la nefasta
y atractiva existencia?
Melodías de las obras,
intensidad vital en forma de colores
agrietados,
donde la gente festeja, copula
y se alimenta de diferentes ritmos…
luego… caderas en movimiento.
La casuística experimental
como expresión de vida,
…diagnósticos retrospectivos…
… ingentes e imperecederos….
existencia inacabada…
Lo impredecible como
sabiduría…
Calles que nunca se sabe en que
desembocarán,
instintos vitales hiperdesarrollados…
el medicamento cerebral con forma
de alcohol y violencia acústica…
cultura etílica…
La autocrítica,
festival narcisista.
Vida en sintonía…
Relajación impresa en el interregno
entre el bien y el mal.
Ciudad acústica,
gentes extremas,
curvas intensas,
palabras complejas.
La ilusión de la desilusión,
la enfermedad gripal común,
que se alterna con el alcoholismo
y la locura en una ciudad hiperactiva.
Lucha por la vida,
inyección de adrenalina,
deambulares etílicos,
cuando los estupefacientes
ya no cumplen su función,
y al mirar artesanías,
vendiendo almas,
el diablo parece pasearse por nuestro
alrededor…
Aquí y ahora…
El insulso aroma narcotizante
en las calles sin límites;
vida anárquica…
ciudad atípica.
Las heridas abiertas
de pasados y presentes
ensangrentados que no generan
armonía,
sin pausas y en plena actividad.
Iridiscente,
ciudad holística,
parpadeo ambiental,
miradas alternas,
la nocturnidad como
forma de vida.
Las resonancias espirituales,
complejidades holísticas… vidas
in crecendo, hasta que la
rotura es un hecho
y llega la autoconstrucción.
Temas adversos,
dramaturgia abierta,
el son, el repiqueteo ambiental,
el caos como la
única realidad…
Las líneas se bifurcan,
la lucha de contrarios, siempre
paradójica,
la templanza artificial. Los
asuntos pendientes atragantan al
individuo en la ciudad multiespiritual…
La ruina influida por la ignorancia…
Todo conservadurismo implica
muerte…
¡…y que así sea…!
La insignia alquimista,
las drogas sanas,
y los amores perdidos…
la ciudad invade todos
los sentidos…
los sentidos provocan enfermedades
mentales y actividad física…
nada parecido a la moralidad
cristiana,
discurso global,
mentira individual.
Armonía subjetiva,
los aromas limitan,
los sentidos auto engañan…
…en la ciudad donde el acto
se vuelve violento y el modo de vida patológico..
¿Dónde se perdió el sentido
de la espontaneidad?
El círculo vital se rompe,
la lucha por la vida,
al final no tiene razón de ser.
Cuando el éxtasis
se convirtió en recuerdo pasado…
cuando los intereses individuales
nunca más serán colectivos…
apareció un eclipse, su
oscuridad era un tipo de paraíso.
¿Todo es cuestión de azar?
El juego de la vida, el físico supersticioso…
las verdades no perduran,
las calles a veces traicionan.
No hay arquetipos
válidos para una
urbe en espontaneidad.
La lucha como miel,
sintaxis urbana,
geometría desequilibrada.
El interregno…
lleno de Diamonds,
aunque con generalizaciones
que son inconvenientes.
La singularidad como
forma de ser,
cuando el paso no hace
avanzar,
el estancamiento
empobrece.
Sin salir del infierno
la ciudad decrece…
¿…cuánta honorable
necesidad se necesita
para volver a salir
a flote…?
Las costumbres,
como en clásico film francés…
… pero esto es el valle del Aburrá, donde la
irascibilidad impera y las
balas tienen su peso específico…
Entre la miseria
t la concurrencia atónica…
deambulando…
¡excremento!, radiante,
inmersos hacia la
violencia,
calles manchadas de sangre…
armonía e irascibilidad se dan la mano…
concupiscencia…
Reembolso…
actividades adversas y negativas, promiscuidad del intelecto…
las líneas intermedias,
formadas por puntos,
interrumpen…
la salinidad urbana amarga…
todo es sureal,
la abstracción sana debería
descansar en el poder…
El inquilinato vital.
¿Acaso la vida es
todo lo valiosa que preconizan?
Calles, carreras y creaciones.
Calles, carreras e intenciones.
Estupefacientes como medicamentos
para impedir conocer al propio ser…
Retratos vacíos…
Los no hombres pululan…
simbiosis urbanas,
la irracionalidad como lucha por
la vida.
Los antitextos
gobiernan en las calles…
Ejemplo:
“Cultura etílica”.
… mientras caminantes que se humedecen….
y… que conste, que iba a componer un réquiem…
Por la consumación
violenta de una historia experimentada
en el amor, la construcción y la autoconstrucción
vital.
La vida no es solo cuestión de azar, y…
¿la lucha por la vida?
Conociendo todos los
excesos posibles
y limitadores,
la ciudad evoluciona…
¿…para mejor o
para peor…?
Cuando no hay cabida
para las crisis, las
emociones explosivas, se abren
paso a través de una
racionalidad con demasiada
capacidad para la equivocación.
Equinoccio desorientado,
dónde se marchó la primavera.
Mientras diferentes personas
meditan sobre ellos, las calles tiemblan emocionadas,
los transeúntes son meros adornos que
van envejeciendo y decayendo interiormente…
Concreciones inexpertas, la complejidad
de la desmesura, mientras…
la vida recae…
entre el vivir y el no vivir en vida,
hay un camino imperceptible…
Consignas inútiles:
burdeles floreados,
indigentes extremos.
La lucha, paso
a paso desandamos
en la ciudad del brotar…
lienzos abstractos cuelgan
donde la gente mareada viaja
hacia su subconsciente.
La vuelta al retorno,
simbiosis dual…
cuando el flagelo es por lo
urbano… sin límites etílicos,
gramófonos pasados,
armonías andantes.
Expulsión,
irascibilidades relativas…
grupos exentos de armonía,
por la cultura etílica reinante…
después del antes y lo demás,
nos desprendemos de la
estabilidad reinante…
las crisis a veces son un sin pas,
otras un final…
Cuando la ciudad desvestida
inunda sentimientos.
Los pasos que desandan el camino
se vuelven subjetivos y eróticos.
¿Dónde se fue la sensibilidad?
Calles dañadas,
pasos dispersos.
Las situaciones aunque sean
semejantes son personales,
o eso creo, me parece, opino,
anuncio e intento explicar, aunque
todas las historias tienen varias
caras,
¿alguna de ellas es verdadera?
Cuando ya no hay conclusiones
positivas y el camino
es destructivo…
Ciudad adversa, ilimitada y
concreta, insertada
en un mundo global.
Las ilusiones vacías,
las calles desgastadas,
el interiorismo personal
descompuesto y extemporáneo.
Lo común vs lo particular,
la confusión del individuo
en caminos masificados…
mientras se anda se baila…
y la armonía bélica, alejada
de la tranquilidad, describe,
limita, provoca,
estimula y reacciona.
Las ilusiones bajo
circunstancias reales…
la irrealidad intermitente
aparece coaccionada por
el estrés personal,
en un alma propia
y con criterio.
Lo inesperado, con
frasco armónico… o
onarmónico, la liturgia
en forma de cuchillo,
las irascibilidades en forma
de flores, mi subjetividad
en forma de versos…
cuándo la ciudad castiga
ni el más rápido se puede
escapar.
El amor en todo
su esplendor, mirado
desde todas las perspectivas
posibles, no es un
engaño,
las únicas trampas son
las personas… que
no reconocen la pasión, aunque
les abofetee en la cara, aunque
les piropee, como a una mujer
un grupo de hombres sin
escrúpulo alguno.
Datos adversos…
caminando la comuna:
color…
donde drogas con todas sus
estridentes melodías…
golpean por ambos lados.
la orgía del sufrimiento puede
llegar por los cuatro puntos
cardinales, pero
la resurrección es un hecho…
resiliencia productiva bajo
la mirada de los otros…
No hay ejemplos perfectos…
el porvenir se esconde mas está…
sin pereza se ha de buscar…
La desilusión en forma de ausencia…
… y cuándo el diagrama no abarca
a toda la población…
la melodía de los extraditables
suena entre la polución y la
gente olvidadiza.
Los insurgentes,
a parte de ser un grupo de rock
prescindible…
¿qué más es?
entre anemias y vislumbres,
con sones atonales y caderas
rotas, por intentar seguir el ritmo
de descargas salseras,
incluyendo el polvo blanco pertinente…
La línea divisoria,
entre lo real y lo irreal, entre
lo malo y lo peor…
ejemplos básicos de la vida
en común en la urbe de las discrepancias.
El paso desandado, la calle
abrupta, contiene olores históricos…
qué mala herencia de los íberos…
en el aquí y ahora… inmersos en la razón
de las liturgias y las creencias…
a veces contraproducentes.
Concreciones abstractas,
los límites han sucumbido,
la armonía desaparecida impera en
las calles hipocondríacas…
¿dónde está la solución a la
irascibilidad?
Reducción laboral,
población interactiva,
violencia arquetípica.
la historia irreconocible
impera en el subconsciente…
parálisis urbana,
movimientos desde el grito hasta
la quietud.
Las orquídeas en calles
estiércol,
escuchando al mitificado
Gardel, carne de cemento…
mientras, unos cuantos desechables
impresionan a los que siempre,
antes o después, vuelven…
para soñar y expresar,
para golpear con los más bajos
instintos, siempre personales y autodidactas…
El tema del camino:
calles sangrientas y
mentes voladoras.
La línea segunda amansa…
menos en las comunas,
reductos de supermanes
reales.
Complejidad escénica:
la vida como obra de teatro,
sensible, chocante y emotiva.
Violencia interpersonal:
qué otra cosa es la vida.
Aquí no hay género vintage…
la compostura, lejos
de ser una virtud es
contraproducente,
la impiedad, los malabarismos
en la calle, dónde, ¿equilibrio o desequilibrio?
… ya no hay razón de ser…
¿dónde se ha escondido nuestra condición?
La City paisa,
con vida algo libertaria,
donde su geometría particular,
radical e irracional…
y sus paseantes, algunos armados, reniegan
y otros beben aguardiente y ron,
esperando acabar descansando junto
a su Dios padre, sin darse cuenta de que en
las calles de su ciudad… impera
la paradoja, tanto positiva
como negativa.
No hay réplica posible…
calle vomitiva… instintos profundos
y melodía e improvisaciones en éxtasis.
¿En qué consiste el ser más que en dar consistencia
al yo?
Dependiendo de la improvisación, el éxtasis
se vuelve positivo o autodestructivo…
Rocas rotas…
la autoconstrucción es la realidad,
y la realidad es subjetiva…
y mientras oigo tiroteos
provenientes de la calle,
los versos fluyen, me intimizan,
me hacen sentir más y me absorben
en mi propia realidad.
Paso inverso,
retroceso material…
el paso por estupefacientes incontrolados,
energía urbana… espíritu altivo.
Ciudad y cambio
se dan la mano:
cuando la contaminación sonora
deja de tener importancia,
título del texto:
Ciudad vs polución…
Las crisis individuales
pueden pasar a ser
crisis colectivas:
la urbe genera locuras…
la urbe es locura…
La virtud…
¿existe?
Nosotros, vosotros, ellos
son multitud en la urbe de los
individuos, excluidos o no…
mas individuos.
La realización metafórica
de la comuna por antonomasia…
… y ya no existen los peripatéticos,
y las clases magistrales son
criticadas, por ello y por
muchas cosas más, la verdad
es un error,
o… el error de la verdad…,
mientras tanto bailes como pigmentos imborrables,
padecimientos y fisuras,
hampas y tunantes
en la ciudad de
la sensibilidad.
Los caminos intrínsecos,
las metamorfosis grupales,
las etnias conjuntivas,
el camino fluorescente,
y aun así…
¿cómo cuesta verlo?
Los tiempos pasados…
¿fueron mejores?
El paso como insignia,
la calle como hogar…
…antes y después…
luego, el final.
La mansedumbre de las masas,
una falsedad…
donde no hay pensamiento individual…
todo degenera… en cambio…
en la ciudad poesía… la
metáfora es sangrienta…
Las corrientes nos llevan…
los parajes… infinitos…
¿la correspondencia está truncada?
El baile como desahogo social.
Vacío en el poder…
cuánto de todo…
y después…
sonrisas y lágrimas,
la clave está en no parecerse
a nadie…
Lujuria vs desconsuelo…
y que conste que la
felicidad es real.
El camino retorcido
desciende para después ascender,
mientras… mentes obscenas dimiten
en vida.
La cópula universal
se vuelve individual,
y los niños corren y pelean,
se drogan y trabajan,
estudian y aprenden,
como adultos enanos
también dejan pasar
su vida.
La histeria colectiva no
tiene razón de ser, aunque
la ciudad indignada e injusta
dicte y castigue…
El rencor vs la simplicidad…
caracteres adversos e intenciones
sangrantes, viviendo en la
ciudad imprevisible…
La lucha como ejemplo vital
y familiar… y…
aunque seamos sumamente darwinianos,
sucumbimos por nuestra
ignorancia…
… y vosotros ciudadanos de la
ciudad incontrolable…
… pedid, que no se os dará…
Conversión a lo inconcreto…
simultaneidad de circunstancias
en la urbe suprareal…
límites imperativos, en una
violencia determinada.
Estrategias sublimes,
la irracionalidad…
en lo intersubjetivo,
líderes adversos,
sincronía letárgica.
La tirantez como sistema,
en la línea de la conquista:
miedo, ruina, tiranía, genocidio…
el summun de la irritabilidad
en el plano sensorial…
Las costumbres compuestas
y coordinadas…
los subconjuntos como un
todo limítrofe a la
sustancialidad despistada…
lo común acerca y fisura
al mismo tiempo…
Réquiem por historias
recientes y pasadas, como
un diafragma perfecto…
control… identidad… curiosidad…
consciente… inconmensurabilidad…
El tema es la nada, aunque piensen en el todo…
el desconcierto común… sin excepciones.
Lógicas irreales,
caminos extraviados,
ideas sin contenido.
En el cajón de las imágenes
imperceptibles…
está el yo y vuestra ciudad…
reclamando verdades… ejerciendo poderes…
relacionando circunstancias…
La vida, a veces mísera, otras no…
hace giros, derrapa y se quema…
¿de qué otra forma podría ser… si no?
La lujuria y el placer
suelen dejar paso al dolor…
¿verdad city irreal, situada en el
interregno del mal y del bien?
Reconstruyendo caminos olvidados…
la situación adversa se puede mirar
por el perfil bueno…
las sensaciones naufragan…
la vitalidad es paradójica.
Re anular la historia
compulsa.
Los genes.
Los genes mezclados,
la vida incomunicada,
la rebelión de las masas.
Las instrucciones racionales
no sirven en la ciudad
anárquica y de la espontaneidad.
La ciudad impulsiva y espontánea,
donde no existe la heterogeneidad…
y la luz ilumina a quien quiere ser iluminado.
Cuando la armonía
existente perceptible
se esconde entre calles
y recovecos…
la intemperie a veces da calor,
el clímax hermético se abre para
poder tener una visión expectante
y terapéutica.
Cuando la armonía
es imperceptible pero
existe; y la urbe enrojecida
de furor y gritos, sus
habitantes tiemblan,
las burbujas de la vidad
desordenadas, se ordenan,
formando un todo de individuos.
El camino escarpado, de donde
baja la polución y los olores que
alimentan el intelecto…
el problema es que cuesta
andarlo, porque en la calle hay pies translúcidos
que se interponen para que dos fallezcan…
… las ilusiones mueven el mundo….
y se interponen a los pies translúcidos…
desde la comuna se oye un hijueputa salvador.
La línea no impide el paso…
las emociones, como si corriesen como
el agua en una quebrada violenta,
supera la línea, que por si fuera poco no
es material sino amímica…
…la cosmovisión en constante reajuste
altera dichas emociones…
hay tantas líneas como traumas, histerias
y psicosis en una ciudad con un agua
admirable.
¡Qué raro que es todo!
Cuando lo mitológico cobra
sentido… y la vida
imprime nuestros sentimientos,
albergando proyectos y fracasos…
y con el cúmulo de experiencias por
calles y carreras la balacera, mientras
desconocidos copulan en honor
a la individualidad.
La loma se puede descender sin
necesidad de subirla, mientras
las congas suenan y las
trompetas con sus improvisaciones…
caderas en movimiento y aguardiente
por todas partes… mientras… después…
lejos de Medellín, bestias y machetes siempre
en mano sacan los dientes…
y saben los de allá que siempre queda la urbe, con sus
mafias y mujeres, llenas
de roles y aparente libertad.
La rebelión contemporánea
pasa por la estética, mientras
que la calle muestra al paseante su sensibilidad…
el parto del individuo en forma de masacre
por la experimentación en un ideal imposible
incluso para ti…
Medallo genuino y fiel.
Las idiosincrasias se volvieron
transparentes aunque todos
las tienen en el subconsciente colectivo azul…
por lo inesperado del monte, por lo genuino del cielo
por las obras de la época azul
picassiana.
Yendo a ningún lugar, levita
la ciudad inmersa
en el mundo subjetivo de cada cual.
La sugestión, siempre al alcance,
es algo común en tus moradores…
el enraizamiento es real y acaba siendo vital
para cada individuo que vive
y pervive en cada una de tus esquinas,
curvas y escondites.
Después del trato, el pedido…
números inversos… mientras,
en plazas…
gente reunida maldiciendo…
¡pero… hay burbujas de menosprecio
y confort! Que son diametralmente opuestas…
al espíritu urbano….
que sigue siendo combativo.
La resolución empresarial a los males
de los no obreros, falta
liquidez para alimentarse, para la
super estructura marxiana, que…
como no… neutraliza los malos ímpetus,
la ineptitud en asuntos interpersonales.