Las luces se fueron cuando yo desperté…
puta realidad, mentirosa y ladrona…
Los analgésicos ya no hacen efecto,
las pastillas contra la locura…
efectos compartidos… la desilusión global
impregna a la sociedad cansada…
pero… ¿existe sociedad?
O somos un grupo de individuos irremediablemente
esperpénticos…
aunque Max Estrella es una ilusión…
y Larkin el poeta a seguir…
suburbios, barrios diezmados
por el abuso del alcohol y las drogas…
realmente estamos en la crisis eterna…
de aquí no nos saca ni Dios…
y la columna vertebral comunitaria
tiene demasiadas hernias discales…
incurables, casi cancerígenas…
mientras los detritus apestan, y sobre el asfalto
la mayoría de miembros descompuestos se queman…
no hay suficiente yodo para desinfectar las heridas…
¡más psicólogos con aptitudes por favor!!!!!…
la población cae y se hunde, la población cae y casi muere…
La situación global es ficticia…
no vamos hacia la mierda, estamos en la mierda…
y yo con mis males y tú con los tuyos…
sabiendo que la inversa de la vida no es siempre la muerte…
se puede vegetar en vida… no hacer
nada productivo, ser contraproducente
para ti mismo… y los ríos de sangre
corren por las grandes urbes, los prostíbulos
se llenan, los hombres están insatisfechos…
ya que no satisfacen a sus mujeres, en los
prostíbulos si no satisfaces a tu pareja
mejor para ella…
y las líneas, que forman un retrato, trazadas al azar, expresan…
y de allí salen más lágrimas
que de los fracasos amorosos…
¿hay algo que emocione más que el arte o que
un buen verso?
Si no que se lo pregunten a Philip Larkin…
él sabía de esto más que nadie…
él, precursor de nuevas formas de
poetizar, no difiere nada de la divinidad en la urbe…
de la psicosis ciudadana,
del estiércol de la comunidad urbana…
mientras lo leo y releo, y sin quedarme
satisfecho por su lectura seguro que lo releeré siempre más.
La relectura de mi vida… misión imposible…
si no imposible al menos creo
que me llevaría años y muchos versos…
¿por qué la política de las situaciones básicas
es tan lamentable?
Debemos gritar en forma de verso…
volvemos a Gingsberg con su aúllido…
no ha habido grito más pasional que el suyo…
el luchó por la vida de los desalmados del verso…
por la vida de los desalmados del underground de New York
y con la lucha que acabó con muchos estereotipos de lo
que debía ser la cultura y la poesía…
con él llegó de forma definitiva la libertad
creativa… en su caso, quizás, bajo el síndrome
se abstinencia de sexo y de drogas…
completando un lamento a las formas
tradicionales, decapitándolas sin compasión
al ritmo de unos versos malditos…
quizás fue el nuevo Baudeliere…
quizás,
es posible…
y el todo vale fue otra vez signo
de fortaleza.
La resistencia es fundamental…
contra las modas, por ser más individuos,
para saber cuándo blasfemar con propiedad,
y que nuestro aullido se oiga de Bangkok a NY,
de Berlín a Madagascar, de Londres a Medellín…
¿y luego qué?
Luego sol tropical, y un poco de buena voluntad…
o un poco de calles urbanas, instantes cotidianos,
y versos combativos… ¿qué más nos
puede ofrecer la vida?
Y cuándo estaba limitándome a ir sin volver…
a caminar sin dar un paso atrás, a correr empujando y
golpeando a diestro y siniestro, todo
el que intentaba interceptar mi destino, sufrió…
sufrió en forma de tortura psicológica…
quizás este sea el tema de mi próximo texto…
el camino sin retrocesos, y quien
intente impedirlo que pague…
como haría un yonki cuando busca su ansiada dosis
en una gran ciudad desalmada…
la distensión después de un rato poetizando es natural,
las crisis ambientales denigran nuestro bien hacer…
cómo eclipses subjetivas, y yo buscando la luz.
La vida es una mierda… o, ¿la vida
es de color de rosa?
La existencia, lejos de ser ideal
deja mucho que desear…
somos efímeros, por ello
esta angustia…
somos y padecemos…
actuamos y sucumbimos…
y otros llegan y otros se van…
pero no somos conscientes
de la realidad objetiva.
lo implícito de las situaciones…
la cortesía de la exactitud…
la idolatría en la promiscuidad.
Estamos generalmente exitosos…
puntualmente atractivos…
insistentemente exactos…
pero la vida sigue siendo una mierda.
Cuándo el mal olor acecha tras la puerta…
lo fétido golpea, la muerte está cerca…
las similitudes con la realidad son pocas.
Todos somos para el otro, como un grupo de chacales
ante la carroña…, pero… ¿quién es la carroña?
todos somos carroña, cuerpo de tu cuerpo, pero corrupto…
y los límites acechan, pero nadie sabe dónde están…
aullemos más, cómo lobos sedientos de sangre,
cómo poetas escupiendo sus sensibilidades y emociones…
la línea emergente no separa sino que
agrupa… en conjuntos diabólicos,
que no saben estar más allá del bien y del mal,
cómo lo estuvo algún filósofo… cómo lo están
las demás especies animales…
la maldad es una condición humana, la barbarie también,
y estamos hechos a imagen y semejanza de la divinidad…
qué paradojas, yo creía que Dios era bueno, o eso me vendieron
en épocas grises, por no decir épocas en la penumbra
emocional y creativa, aunque
creo que siempre tuve alma de poeta…
Los tiempos de los referentes se han terminado…
no hay referente bueno, tan solo
sensibles poetas…
no hay personas buenas, solo animales
que intentan usar la razón… la diabólica
razón…
la esencia de los números, de las estadísticas y de las incógnitas,
la vida.
La esencia de los conceptos, las metáforas y las imágenes,
la sensibilidad por la vida…
somos números…
estamos hechos de aire y agua…
y los elementos primordiales, vienen y van…
y uno envejece y rejuvenece al ritmo de su caminar…
hasta que llega el aullido en forma de blasfemia…
¡me cago en…!
Y los fundamentalistas se sienten heridos,
y yo descargo unas energías contraproducentes
para mí…
soy mísero y cómo tal me comporto…
pero, ¿quién no lo es?
Nadie puede decir que se salva de sus propias miserias…
Ginsberg y Larkin lo sabían bien…
la esencia de la poesía es saber expulsar con emociones
la propia miseria.
La inexactitud de la vida,
la perversión de las relaciones…
el complejo subjetivo,
la efervescencia vital,
el aullido en forma de poemas,
la sintaxis plural,
las palabras exactas,
y el sexo perverso…
todo eso y mucho más es la vida…
no se puede disimular,
y el ocultar sus sensibilidades
ocupa un puesto subalterno,
terrestre pero inundado
de claustrofobias…
somos porque nos queremos…
nos queremos porque somos…
sí a la vida,
Sí a la muerte…
la naturaleza manda, con sus
instintos y sus paradojas.
Las líneas nunca se van a tocar,
el conflicto será permanente, cómo los rotuladores
que no se borran…
las ideas entrarán en defunción…
el sexo será individual o artificial…
estamos perdidos en un mundo de enanos que se creen gigantes…
cómo quitarle algo de estatura ficticia…
cómo estar sin ver,
sin definir,
sin concretar,
incluso sin estar…
hazte poeta para lograrlo…
o simplemente vive bajo
una metáfora permanente.
Localizando el subsidio emocional
permanente.
Buscando la esencia para no sucumbir
y morir sin más, siendo otro cualquiera
olvidable, otra persona indiferente…
al margen de los actos brutales de la anestesia
emocional… a la que todos hemos llegado
o llegaremos…
La vida da muchos giros
inesperados… yo debo ser como la vida…
mi espíritu se revuelca dentro de mí…
soy como una coctelera, donde mis sentimientos
y mis sabores se revuelven, se mezclan
para acabar saliendo de todo ello
en coctel pero seguro que molotov…
Las situaciones son varias,
yo no me amoldo a ninguna…
¿qué puedo hacer?
Las ilusiones cercen y decrecen,
los gritos en forma de aullido
forman versos insumisos…
no quieren pertenecer a nada,
a corriente estética ninguna…
soy y padezco…
si no soy… ¡qué
más puedo sentir, decir
O escupir…!
la vida, la existencia inacabada,
pero que a veces dan ganas de que acabe pronto.
La vida pasa, vamos camino
a la nada, cómo es posible no llegar llegando…
la situación es inmensa, y mi grito espeluznante…
no creo en nadie, ni siquiera en mí…
¿cómo lo puedo solucionar?
No tengo ni idea,
unos cuántos antidepresivos, en forma de pastillas para viajar,
o con la fórmula mágica del sexo desenfrenado
que no es para todos, pero
sí para mí.
Recreo y me recreo en tus imágenes mentales desnuda
y abierta,
creo y me recreo pintando brochazos
de nada…
La nada en un momento dado puede
ser el todo…
qué paradoja, pero…
Las soluciones pasan por la razón, los castigos
también, ¿si no mirar las grandes catástrofes de la historia?
Y yo sucumbía ante mi fétido desaliento,
que no me deja moverme…
Soy un ser inverosímil al que
le gusta aullar en verso, cómo
a Ginsberg…
cómo a tanto poeta maldito
seguido e idolatrado.
Quiero deletrear mi nombre pero
me siento incapaz,
quizás me falta el rostro, soy
una no persona, como los presos
de Auschvitz, que se convertían en no personas
por lo jodidos y el sufrimiento
que pasaban…
no aprendieron a aullar…
y yo sigo intentándolo…
y creo y me recreo en el intento…
cómo ser parcial y subjetivo.
Como ser ausente e irreal…
veamos que se puede
ser ante la imposibilidad de
conocimiento de una humanidad
que se cree sabia…
grito, aullido y blasfemia…
hay alguna otra solución.