¿En algún momento el sujeto es en acto? ¿O siempre es potencialmente otra cosa?
Actualidad y potencialidad se pueden relacionar y es el deber de todo el que quiera pensar en ellos. El ser en acto es algo de lo que uno no se puede vanagloriar. Lo bonito, interesante, romántico es la potencialidad. Toda vida consiste en ser en potencia. Si solo se es en acto la vida deja de cobrar sentido. Nos faltaría la motivación por hacer alguna cosa. Psicológicamente, llenos de traumas y problemas, nos vencería el aburrimiento. No podríamos solucionar nuestras preocupaciones ni aclarar los conflictos internos y externos.
El individuo en constante cambio, piensa. Pienso, luego existo. El mero hecho de pensar nos convierte en seres en potencia. No somos motores inmóviles aristotélicos, pensamiento de pensamiento, estáticos y perfectos.
La potencialidad muchas veces nos lleva a mejorar y otras a empeorar, aunque está claro que la mejora o el empeoramiento es muy subjetivo y siempre se ha de comparar con la situación anterior y dependiendo para quién la compare interpretará el cambio a mejor o a peor.
La potencialidad es la condición del ser vivo y como tal la hemos de llevar hacia ella un beneficio a largo plazo.
¿Se puede controlar el cambio? El biológico poco, a no ser que se controle a través de la medicina y los centros de estética. El psicológico, mediante tratamientos con especialistas se puede ir moldeando la personalidad, mitigando problemas y buscando felicidades.
Por tanto la especia humana puede controlar en cierta medida parte de su potencialidad, será más asequible económicamente con el paso del tiempo y se podrá influir más en ella.
Ahora nos toca se responsables para intentar hacer de nuestra vida algo más armónico y a ser posible la del otro también. Nosotros también influimos en la potencialidad de la vida que nos rodea. Qué complejidad y responsabilidad. Pero así es, si no miren nuestro ecosistema, cómo lo hemos cambiado.