Media hora para versos y copas

Las flores

 

Las flores eran blancas,

opuestas a mí,

caían sobre el asfalto

sin golpearse, y si

soplaba una ráfaga  de viento quizás volaban.

¿Se me diferencian?

Las flores eran solo flores y

yo soy solo yo,

las flores con y sin los otros,

yo con y sin los otros.

A las flores las puedo ver marchitar,

yo sufro mi marchitar,

lo ideal sería no experimentar el proceso,

sino que de golpe no ser,

ahora sí, luego oscuridad.

 

 

Vida caliente o fría

 

¿Y si no me gustase

el café?

¿Y si la vida tanto caliente

como fría me pareciera

prescindible?

¿Y si mi familia estuviese

y luego se fuera?

¿Y si el color me difuminara

la vista tanto que ya no pudiese ver

contornos claros?

¿Y mis oídos casi no oyeran?

¿Dónde escaparía?

O quizás, ¿dónde

no me gustaría estar?

Seguro en un mundo

de felicidad por azar,

ya que significaría que soy débil no siendo

y siendo…

Significaría que mi extirpe

antes de sucumbir sucumbiría.

Y ahora buscando optimismo,

nada de lo dicho ha pasado

y soy, por no decir estoy,

sonriendo y llorando.

Vivo sufriendo y amando.

 

¿Quién hay?

 

¿Quién hay?

El libro me acompaña

mas no me ama,

y yo leyendo y como si oyera

versos con ritmo podría

perecer.

Y el verso en cuestión me

recuerda el olor

a madera húmeda

por no llamarla leña,

ya que por mis ausencias

poca huelo.

Ausencias de chimeneas

donde quizás se me diese

bien meditar

o conversar

o simplemente asar alimentos en momentos

innecesarios por sobrepasar

mis necesidades. Ahora, el alimento

del amor nunca es sobrante

y bajo el fuego puede incluso

saciar más, saciar como un color

que te deja anímicamente según su fuerza,

según su contraste con el de

al lado, quizás es eso,

la vida consiste en contrastes,

a veces inasimilables contrastes.

Páginas

 

Páginas borrosas,

verdes inimitables, la

savia corre por la

arquitectura

del todo y de lo mínimo.

Savia reconfortante, savia motor,

savia individualizadora.

 

Labios

 

Labios sonoros bajo luces

mínimas, mientras la

melodía ya escuchada

penetra en mi estado letárgico.

Simplemente estado.

 

 

Sonoras luces

 

Sonoras luces impregnan

lo objetivo, y si me llegan

las intento ignorar. Como

debe ignorar un animal

u otro la publicidad.

 

Entre textos

 

Entre textos, ideas y

contornos de posibles

dibujos mentales,

me pierdo, me

pierdo en mis ignorancias

vitales, en mis estímulos

evolutivos, y como diría

el que no suele hablar,

vive el presente, cuando

el presente se aleja de ese

mismo instante.

 

Zigzagueando

 

Como zigzagueando,

el lápiz sigue un curso

aleatorio, y como una vida cualquiera

que explica situaciones

intrascendentales:

¿Y si el círculo se completase?

El remordimiento, ¿si no se necesitase?

¿Por qué?, ¿para qué?

La vida, su logos.

La locura, sus argumentos.

Todo es nada, y la nada

está repleta de sentimientos.

Como unos versos insignificantes.

Como estos versos insignificantes.

 

Letras mezcladas

 

Letras mezcladas

con sonidos mas

ininteligibles.

Carraspeando una

melodía, faltando

la lírica de un buen tono

o una palabra apropiada,

y mientras, distraído, arrojo al verso,

parte de mis entrañas,

que se revuelven y duelen

afectadas por la vida

permisiva,

por la vida sorpresiva,

por la vida vivida pero

invivible.

 

Claridades

 

Si la claridad fuese divina,

¿qué sería apropiado pedirle?:

No me dejes ni en momentos inestables

que tú eres mi arma a veces

no encontrada,

por ti veo y me veo,

por ti me imprimo

y me expulso al otro,

por ti intento tener

menos errores sobre mí,

me observo distraídamente,

cuando lo hago concentrado

solo encuentro heridas,

deformes heridas.

Devenires

 

Devenires por tus

cabellos lisos… y tropiezo.

Cuando me creo seguro

el mundo cojea,

cuando me siento inseguro la

firmeza del mundo es abrumante.

Y lo otro sigue su curso,

y lo otro como tijeras de barbero,

cortantes pero precisas. Y brilla,

quizás a veces brillo y no de limpieza,

quizás sí de frotarme, cuando el lápiz, quizás

conserve su función, la de negar o limpiar al papel

De su blancura.

¿Sí?

¿No?

¿Puede ser?

Me despido de mí mismo

en momentos claros,

y sigo conmigo en las asperezas.

 

 

Respondo sin articular

letra alguna. Consumiendo

líquidos por si no es verdad

que somos básicamente agua,

poder humedecerme un poco.

el secreto de la vida,

no existe tan solo se vive,

bien, mal, del revés.

Apoyado y sentado, brazo y cuerpo

en este sofá, voy andando mi camino

estando estático. Que rarezas.

Como el cantar de un pájaro que se

parece o no al colorido de su plumaje.

Como importa más el ruido

y el colorido que el bienestar

en la gran ciudad, por ello los

psicólogos no han de pasar

penas económicas. Por eso.

 

Me relajo entre maleza.

 

Me relajo entre maleza,

y habiendo tejados cerca

no los pretendo. No soporto

los límites. Pintando nadas,

escuchando locuras armónicas

los versos fluyen

descubiertos de la posible lluvia.

 

Mañana blanca.

 

Mañana blanca,

horas inmóviles,

perecederas o imperecederas,

y mucho más entre este orden y mi lugar,

el que desconozco,

y si no sé dónde me encuentro,

debido a mi propia pérdida, por

momentos me reconozco menos.

 

 

La línea imaginaria de

división, por un lado

la sinrazón, por el

otro el contenido

ideal y yo del uno

al otro como ebrio como de

entre angustia y plenitud.

Y me digo anda, corre,

no mires a los lados,

casi no se ha de mirar ni adelante,

pues el futuro presente será, y el

presente intento de olvido quizás querrá

ser.

Paso tras paso

quisiera poner una bombilla

delante de mis ojos,

y que la claridad inunde mí

cabeza, mi discurso, mi razón.

Incluso mi irracional.

 

Como busto helénico

 

Como busto helénico

todo aquél que asiente

debiera ser.

Con dedos torpes la gubia no me

obedece y mi interior sigue

asintiendo. Sí, quiero.

¿Qué es realmente lo querido?

Seguro, mi familia. Y mis otras

bordeantes circunstancias

me hacen doler

con espejo al frente

y sin hacer muecas,

que la risa conviene pero

difícil es que me atrape.

Esculpiendo y respirando,

soñar es mi vida, material poca hay,

o poca importancia delimita a mi persona.

Todo por las ideas.

Solo las ideas.

 

 

Veo lomos de libros

atractivos, aunque indiferentes

respecto a mí.

Y las letras al juntarse en

lírica se convierten, con

más acierto, y simplemente

recortando, en exactitud

vital. Como arquitectos,

fundamentando las obras,

fundamentando mi psique,

queriendo que la melodía de

palabras y silencios, me

reconforte, ante

la angustia confort.

 

Viento suave

 

Viento suave, viento

rasposo, y yo me mezco.

¡No estoy en un bote!

Y parecería que el mareo

persiste al descenso del barco.

Quizás es el bamboleo

de la vida que te empuja

y te agarra casi a su antojo.

Y uno lucha contra ello

casi sangrando

Con lágrimas por el cuerpo. Y cuando

se consigue ser dueño du uno mismo,

asoma por la mente la pregunta:

¿Qué es de la realidad

lo verdaderamente valioso?

 

El orden, la armonía

 

El orden, la armonía,

me detengo ante ello

y solo puedo suspirar.

Tomo una taza de café,

quizás para olvidar,

o para no pensar en mí,

paralelismo a caos,

semejante a caos.

Y cuando escucho un cuarteto,

podría ser barroco

o vanguardista, nada cambia.

El cambio se da en el mundo

Terrenal

y las melodías me

elevan de él.

 

 

Collages, rodeado de colores,

y dependencia sobre los colores,

colores de risa y de miedo, buscando

que sean algo cercano a la

felicidad, y la cucharilla mojada

por estar sumergida en el café

debe quemar, como ser, como soñar,

Como esperar.

Y mientras, así se levantan los

extremos de mis labios en

forma de mueca positiva.

Tristemente, mueca alejada

de la realidad objetiva.

 

La desesperanza

 

La desesperanza es

como el oxígeno:

está en el aire.

Quizás también sirva

para seguir viviendo,

pero percatándose de ella.

El asa de una taza,

suave, curva, hermosa,

me hace por momentos enfrentar

esa desesperanza

que habita entre otros

sitios en la atmósfera.

Y nos cala, cala al

individuo, cala

incluso al más osado,

que no le cuesta reír de verdad

sintiéndola,

la desesperanza,

reír.

 

 

Una voz superior,

desde el afuera

me llega, no sé

si me gusta, mas  la escucho,

sin comprender,

no me dice nada.

Quizás no quiere decir

nada, tan solo quiere

llegarme. Y yo

confundiéndome espero respuestas

a preguntas que pueden estar

mal formuladas, o no

formuladas,

pero sentidas, ante

todo sentidas.

La voz sin identificar cantaba.

Cantaba melodías ya

escuchadas, en un principio no

reconocidas, después

rejuvenecedoras,

por los recuerdos que me daban,

por los recuerdos a los que

me transportaban.

 

El humo es leve

 

El humo es leve,

más leve que el aire.

No me agrada mas me agrado.

Lo pintaría de colores, así

la polución tendría más vida.

Y dicen que la vida mata,

aquí la tesis no quedaría refutada.

 

 

Asientos para levantarse,

Bebidas para ser rechazadas.

¿Dónde quedan las necesidades?

Tan lejos y tan cerca

de mí. Cuando una cosa

por un lado se aleja

por el otro se acerca.

Siempre que estemos donde estemos,

en la circularidad del mundo.

Circularidad o eterno retorno.

 

Concreción

 

Concreción, moverse

por el punto que se quiera, y

caminar junto a él, hasta

que la melodía temeraria

de Shostakovich te haga dejar

la atención en el punto en concreto.

Para sentir intensamente

junto a notas para la mayoría incognoscibles.

Las notas de la percepción sensorial.

 

 

Como ojos de distinto color, cuya

visión tan solo fuese una representación

de la realidad. Así miro el mundo,

la vida, mis personas amadas, mis penas,

mis traumas, mis dichas, a mí mismo.

Y para ello no existen lentes

apropiadas que curen el mal.

 

 

 

 

Café con leche

 

Café con leche

más antiversos.

O te moruno

y arena sin tratar.

Sin tratar de tenerla.

Y cuando chocas con el

que quizás ves mejor, como

mínimo los poros se pueden

limpiar de piel muerta. Porque

morir morimos en todo momento. Y

vivir siempre hay vida. O eso

algunos opinan, o creen, ya que para

creer no hace falta opinar, y menos saber.

Y mientras, el café con leche no es café con leche,

es café americano, amargo,

sin probarlo debe ser amargo, como siempre,

como cuando me deleito con ese sabor que es el

sinsabor de los dulces.

 

Crujiente despertar

 

Crujiente despertar,

y tras un rato de vida

y unas lecturas, soy,

estoy, imagino.

Cumpliendo destinos, compro ruidos.

Y mi sensación es la misma sensación.

¿Realmente  existir es

lo importante?

¿O lo importante sería amar

el minuto?

¿O amar lo inanimado?

Como el sofá, como la obra.

Aunque esta quizás tenga ánima.

Dedicando versos, vida y muerte

a la mujer deseada, amada, canto

a la poesía inacabada

pero perfecta, quizás

porque está inacabada.

 

 

El punto, la puntualidad,

el ser perfecto.

Sin identificar puntualidad

con ser perfecto, el punto

lo identifico con placeres,

perfecciones, coloridos y melodías,

siempre sorprendentes.

Y aunque innumerables veces

vueltas a sentir, solo me tocan

un punto, el de la pasión.

 

Luces son vida,

energías pululan,

yo intento atraparlas,

para ver a través de ellas,

sin saber, sin conocer.

 

 

Había una silueta en mi habitación.

La sombra de lo invisible. Y quizás

yo la pude ver mas no conocer,

sí interrogar, con mi piel,

con tu piel, con nuestra piel.

 

 

Corredor improvisado,

y no vislumbro el fin,

sudo, me canso,

duermo casi corriendo, pues

mi mente no para de tejer,

no para de desear, sin rumbo,

pero en una dirección.

 

 

Ángulo recto,

el mejor giro,

a una vida, a muchas vidas.

Y mientras me paro,

sigo avanzando, ya

que el no pensar también puede

ser aprender.

 

 

Como un cajón pero

sin candado camino.

Ocultándome del polvo.

¿Quizás tú te consideras mota de polvo?

¿Quizás la mota de polvo

sirva para algo?

Para enterrar. Para dar

paso a la fuerza.

Para dar paso al siguiente.

Aprendiendo,

Respirando irremediablemente.

¿Dónde queda mi/la lucidez?

En la víspera de la

gran fiesta elíptica.

Declinar positivo.

Declinar sustantivo.

 

 

Mientras moldeo

el objeto

me responde.

Mas no lo acabo de comprender.

Cortocircuito de impresiones.

 

 

El amor.

Sintaxis sentimental.

Hasta el post mortem quiero

dialogar.

Aquí y ahora.

Aquí y en este segundo.

 

 

Despertares,

después de sueños caóticos,

olvidados como imagen,

la nada, como sonido,

el grito de alguien.

Cercano o lejano

cuya faz desconozco.

Cuya faz amedrenta.

 

 

Humanidad

imprevisible,

¡No hay humanidad!

¡Hay individuos

que viven o malviven!

Que se juntan

mas están solos.

El martillo de la soledad

les une.

La concupiscencia une

y separa.

Placer de todos.

Placer de nadie.

 

 

Templanza inundada

de intemperie entre

controlada y desbordante.

A continuación un gran chillido.

 

Me estiro hacia

arriba, y no sé

donde llegaré.

Luego me encojo

como cucaracha

perdida.

Para volverme a

estirar repleto.

Y como Dios, con la palabra.

 

 

Control instintual,

por mis impulsos

sobrevivo.

¿Dónde está mi razón

si solo estoy hecho

de versos?

Metáfora andante.

Metáfora objetivadora.

 

 

 

Conjunto en dirección

única.

Deambular pausado

mas no personal.

Contradicciones con

el existir.

Sujetos sin retorno a sí

mismos.

 

 

Concretar aspectos

colindantes en

una vida compuesta

de circunstancias.

 

 

Amar, coger

la vida  con

los sentimientos.

Encuentro causal.

Vamos a hacer

el amor en el lecho

de la eternidad.

 

 

Mi poiesis:

elaboración material

del espíritu inmanente.

 

 

 

Salto, saltos, salta,

al líquido reparador

de óxidos interiores.

¿Cae del cielo?

Entra en las células

como simiente reproductora.

 

Estruendo, golpes, ruido,

sinónimos, quizás.

Mientras vivo me

alimento de vida.

Mientras, voy muriendo

poco a poco.

Hasta llegar, ¿a dónde?

a las puertas del ocaso.

 

 

Mi cuerpo se calienta.

¡Y no es verano?

Curvas alternas,

noches grises,

sensualidad en demasía,

pocas noches compartidas.

A la venta está

mi espíritu.

Quizás no lo quiero.

A lo mejor sí.

 

 

Voluptuosa,

tu sensualidad

despierta pétalos marchitos.

Y tus arrugas surcadas

por esfuerzos de oro

te masturban el cutis

de respetabilidad.

Siempre siendo una.

Siempre siendo tú.

Tú simple.

Tú compleja.

Las contradicciones valen la pena.

 

 

Corrección conceptual.

Las palabras ya no

me sirven para

describir el éxtasis

emocional.

El orgasmo facial que

me provocan tus

caricias en mi cabellera

casi virgen.

Casi siempre será década

tras década.

Por los siglos de los siglos.

 

 

El piano.

Cuerda,

tono,

tranquilidad.

El piano,

absorbido

por la intemperie

de su radicalidad

atrayente.

 

 

Entre actos

 

Entre actos

y se me ocurre

asomar la cabeza.

Entonces quizás

duele.

O el cosquilleo

es como el de

la hormiga en

la planta del pie.

Y sin dejar de pasear.

 

 

 

Leí,

absorbiendo.

Los versos

lo expresaban todo.

Quizás yo ya, después

de esto, no pueda expresar.

¿Tú lo intentarías…?

Thanks, lo intentaré.

 

 

Corrigiéndome

intento dialogar.

A veces el brochazo me habla

otras no.

Mas siempre quiero

en color.

Aunque el blanco y negro

también me sirve.

Diálogos inter comunicativos.

Palabras inocuas,

inservibles mas

controlables.

Silbando dialogo

y paseo conmigo mismo.

La imagen inunda mi mente.

Voy en dirección al

contraste entre el yo

y el super-yo

 

 

Humedad doliente.

Recorro tu sonrojo al ritmo

sordo del placer.

¿Quién es sordo, el placer

o los amantes?

Quizás la agitación no habla

aunque se siente.

 

 

Racimos de seres imperfectos

 

Imágenes que golpean

como racimos de seres

imperfectos.

Y recorriendo el círculo

que es una vida siniestra

mas placentera,

vuelvo a mí.

 

 

Ruin ociosidad

imprescindible,

el cultivo del alma.

 

 

Intransigencia ante

las ineptitudes de

mi cuerpo,

que siente sin

prisas, con pausas pero sin

desearlas (las pausas).

 

 

Incresciendo…

como la sinfonía

que me cautivó,

entre tragos,

besos, e indiferencia

ante la vida.

 

 

Abstracción de ideas,

como si mi razonar

fuese como una

pintura de Pollock

= a locura.

Y si una flor…

y si un suspiro…

y si dejar de vivir…

al ritmo del deambular

en cuerpo y alma

una totalidad insignificante

por su complejidad…

imaginad el mal o el bien

interpretado en el cosmos.

 

 

La vida quizás son

correcciones no

morales,

sino epistemológicas.

la muerte quizás es una estética

no por su belleza,

sino del silencio

del color.

Entre curvas

y líneas rectas

trazo.

entre sabores y

repulsiones

se existe.

Conjunciones

son el camino,

conjunciones de

impresiones.

 

 

 

Leí a Verlaine,

y sentí.

Comí queso cremoso

y quedé satisfecho.

amé sin restricciones

y me quise más.

Iluminación que

da contrastes aconsejables

entre un blanco

demoniaco y un

negro celestial.

¿Dónde fue el mensajero

entre Dios y los hombres

que nunca me lo he encontrado?

Aquí está en imaginaciones empíricas portentosas.

 

 

Cremoso ungüento

instrumental.

Todos somos

instrumentos de y para

la vida, aunque

acabe faltándonos.

Como un lamentable

lamento de lo que querríamos

que fuese.

Va y se escondió.

 

 

Tú presencia,

como esclavo me…

y al deambular,

expresión en ese caso

equívoca,

ya que  deambulo por tu

cuerpo, oloroso como

melocotón maduro,

intocable como imaginación

en el huidizo mar.

 

 

Exactitud, cuando la concentración

abarca el climax

de la conjunción

de carne y espíritu, donde

recíprocamente

uno otorga placer

al otro.

 

 

Sediento, sudando

por los poros

de mi imaginación

por los que salen

imágenes de colores,

abstracción donde

su realidad es mí

realidad.

Como diría un pensador

inconcreto, las proyecciones

del alma se proyectan en el

alma misma.

Pensamiento de pensamiento.

 

 

Retahílas,

versos

melódicos mientras

bebo el coctel

de la madurez inmadura.

Sangre de mi sangre.

Como descendiente

creador de la ilusión

carnal.

Estoy estático,

y parecido a un muerto ando sin andar.

y el hedor

entra por mis

fosas nasales.

O lo que es lo mismo.

Siento placer o displacer,

luego mi yo responde

por mis sentidos.

¿El pensar es un sentido?

 

 

Incorruptibles

como seres que no degeneran

ante las más profundas

adversidades

y comemos y crecemos

sin moral y rechazando

políticas adversas.

Como comunidades

entre individuos cómplices.

 

 

Cruz,

y mis espaldas

livianas.

Punto, la continuación

se da naturalmente.

Es la existencia.

Es el pasar.

La línea recta

nunca llega a estar

derecha.

Yo la piso

y me tuerzo.

Yo la piso y como

en un sueño

me sobresalto.

Conjunto

 

Conjunto,

concentridades

irresueltas.

Yo igual a tu tú.

Persona.

Pasión.

Y sigo.

Caigo.

Estrujo.

Compongo

y perezco.

 

 

Santísimo

incognoscible,

deletreo soluciones

a problemas

trascendentales.

La X.

La Y.

Igualdad diferenciada.

Por la forma ya que

el contenido es

el mismo.

 

 

Ejemplos,

complejidades históricas

y étnicas.

Somos la

tribu mundial,

la del verde y

el mar.

 

 

 

Ruindad

en las aceras,

no existen sombras,

portento de impermeabilidad,

siguiendo,

sin conocer mas siendo

sabio.

Olores parsimoniosos.

Deletreando el infinito.

Adjunto,

fichero insustituible,

incrustado en mí

sentir

y como contradicción,

odio tener

odio,

aunque también

es sentir,

con números

negativos.

Por ese camino se deja

la vida.

 

Coacción,

existir por una causa.

Deletrear la vida

como si fueras

la carta inquebrantable.

La que te explicase

el entramado

de una relación

sin incógnitas.

 

 

 

Verdes,

tonos,

preámbulos

al placer sensorial.

Jauría de sentimientos

incontrolables,

urgentes,

inconciliables.

Con una subjetividad

sin límites.

 

 

Corrosión sinónimo

de fechoría.

¿Objetiva o subjetiva?

La experiencia en proximidades

lejanas responderá.

 

 

Vestido como si fuese

lunes,

siempre festivo.

Siempre al límite.

¿Cuándo dejaré mi adolescencia

en mi querer y mi sentir?

 

 

Visión vital,

corroída por la

pasión,

necesaria e insustituible.

 

 

Llamar aunque

estemos con nosotros

mismos.

Contestar incluso

cuando la pregunta

venga de nosotros.

Entonces, contestar

es de vital importancia.

 

 

Poema clásico.

Soy como el viento,

libre, fresco o

caliente.

A gusto con su propio estar.

 

 

Poniéndose la vida.

Lentamente,

me inquieta,

me absorbe

este avanzar

o retroceder.

Puntos de vista,

aflicción ante

desconocidos.

Oscuridades como

la vida misma.

Ríos de incertidumbre,

mientras,

(con todo el

significado que

conlleva),

soy, entre líneas,

de una historia singular.

Si me

asemejase

en sabiduría

a Leonardo,

no vería el mundo,

sería el mundo.

Indisciplinado,

caótico e

insustituible.

Correcciones, aunque

sea

pura contradicción,

pensamientos que

conforman, ¡no!,

que extraen

mi sentir.

 

 

Melodía,

camino hacia

el vacío.

Como tiempos de

teleología

me retuerzo

por mi destino

improbable.

 

 

Crujir,

bálsamo

del placer

entre suspiros

y roturas.

¿Dolor?

¿Placer?

Equivalencia entre

la historia y

la realidad,

todo ello

meramente subjetivo.

Tu realidad.

Su realidad.

Vuestra realidad.

Amén.

 

 

 

Resbalo por la vida.

Mi vida,

deambulante,

sustituible,

trascendente ni

para mí.

Mi vida,

pura disconformidad

en la carencia de lo

global.

Estamos,

como las lunas

que no vemos,

seguramente

brillantes mas

con ausencia de

cognoscibilidad.

Melodía.

Mar próximo,

huelo a humedad,

alimento.

Bienestar tumbado

sobre púas.

Dolor vs placer.

Placer vs dolor.

No hay ganador,

se complementan.

 

 

Di una vuelta,

y todavía sobre

la cama

mas medio cuerpo

flotando sobre el abismo,

me sigo sintiendo,

impertérrito.

Me obligo a sentir

como me siento,

sin escaparme, y aun

así a veces sin encontrarme.

Ruido,

ruidos.

A veces poco

importa si utilizo

el singular o el

plural,

si el dolor de cabeza es global.

 

 

Belleza,

crepúsculo,

se piden sensibilidades

modernas.

La belleza de lo áspero,

equivalente a la belleza

de la vida, marrón

o incolora,

y siempre en su trayectoria.

 

 

Tecla in crescendo,

nota.

Silencio,

vital,

en una melodía.

En la existencia de un

tono musical.

Soplando,

atraigo vida,

sediento bajo el jugo

de la mesura.

Creando. Inspirando

calor, extraigo

y expulso instintos

desprovistos de

neutralidad.

 

 

Vida en forma

de brasas,

que ponen el cuerpo

como hierro

moldeable.

Cuerpo no mente.

La mente debe ser siempre

Singular,

crítica y sabrosa,

en cuanto a la relatividad.

 

 

Discurriendo,

si eso es aun lícito

en el siglo XXI.

Llego a la no conclusión.

Soy un ser

estético,

y como es ciencia,

todas las hipótesis

son refutables.

Dejo otra opción,

soy simplemente sexualidad,

y aquí quizás

se nota que he leído

a Freud, y para

ser algo más original,

soy creador desde la nada,

y sin parecerme a Dios.

O eso espero.

Amén.

 

Rodear.

Cintura, tacto,

pieles escalofriantes.

Me siento, te siento,

espero que tú también sientas.

Entre crisis dialogantes,

entre crisis financieras,

somos,

y el verbo

nos pertenece.

Creador,

metáforas que son imágenes.

Imágenes sin tiempo,

con espacio ficticio.

Mente abstracta donde

el verde no existe,

donde el sentir es pura reacción.

 

 

Abemus contradicción.

Sangre y tacto,

placer e inconsciencia,

naturaleza de cemento,

yo sin mí.

No me reconozco.

No estoy en mi lugar.

No quiero dolor.

Ni más ni menos,

sentir como si siempre

sonase aquella melodía.

 

 

 

Viajes, vueltas

para no recordar,

o no dejar de vivir.

La memoria sobre

algo que acabó.

Siempre muerto.

Siempre pasado.

Canto al aire y a la vida,

como si un Nietzsche creador

corriese y se quedase

irracionalmente por

mi sentir.

 

 

Silueta,

mi perfil.

El bueno,

no hay un igual malo,

mas mi óptimo estado

acaba siempre en algo

parecido a la decadencia

entre laureles,

entre espinos.

Sangro y dejo sangrar,

corrijo y dejo corregir

y si añado a ese corregir

los pronombres me o te

la palabra gana en concreción.

Algo que quizás me falta.

 

 

 

Providencia,

si hay dioses

quizás no me respondan.

Corriendo,

absorbiendo impresiones

en forma de sombras

detalladas de rostros.

Me hablan no respondo.

Deltreando sílabas eróticas,

me to cas, me mu er des,

me des con tro las.

Idealidad de comunidad.

Comunidad de dos, entre dos.

Equivalencia entre 1 y 1.

Falsedades recíprocas.

 

 

Línea, curva ascendente.

Sudores que elevan

la autoestima.

No hacen falta camas,

no hace falta amor

para vivir.

¿Y si los cielos retumbaran

como sinfonía inacabada?

¿Dónde vamos?

¿Humanidades en el prado?

Humedad fértil.

Incolora reacción.

Las manchas del olvido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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